MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
La Inteligencia militar británica considera que Rusia ha respondido a los efectos de la efímera rebelión del mes pasado que protagonizó el líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, con una operación de relaciones públicas para reforzar la figura del presidente Vladimir Putin, y para silenciar cualquier información interna en relación al incidente.
“Los canales de Wagner en Telegram están prácticamente callados, casi con toda seguridad debido a la intervención estatal. Por contra, Putin ha participado en compromisos públicos de inusual prominencia, con el objetivo de proyectar su fuerza”, entiende el Ministerio de Defensa británico en su última evaluación sobre el conflicto en Ucrania.
En términos generales, Londres reconoce tres fases en la respuesta de los medios oficiales rusos a la insurrección liderada por Prigozhin durante el 23 y el 24 de junio, horas vertiginosas que supusieron un desafío abierto del líder mercenario a la cúpula militar rusa tras meses de encontronazos y que terminaron por mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, sin que a día de hoy se tengan noticias claras del paradero del cabecilla.
“Es casi seguro que los medios rusos se quedaron sorprendidos por el motín, porque la televisión rusa mantuvo su programación habitual”, entiende el Ministerio de Defensa.
A las pocas horas, no obstante, los canales oficiales comenzaron una estrategia de “corrección” sobre las informaciones que comenzaban a aparecer sobre la pasividad de las fuerzas rusas durante las primeras horas de la rebelión, en especial cuando Wagner se plantó en el cuartel ruso de Rostov del Don, en el sur del país, sin pegar un solo tiro.
Desde ahí, comenzaron las “narrativas para promover la idea de que el presidente Vladimir Putin había triunfado al frustrar la insurrección, mientras evitaba el derramamiento de sangre, y unir al país detrás del presidente”, añade el Ministerio.
Por último, y ya una semana después, “el Estado comenzó a minimizar la importancia de Prigozhin y el motín, mientras comenzaba una campaña de desprestigio contra su figura” a la par que la figura de Putin volvía a alcanzar un destacado cariz público, concluye la Inteligencia militar británica.
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