MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de Rusia han calificado este martes de “ilegales” y “falsas” las acciones del Gobierno australiano en relación con la rescisión del contrato de arrendamiento de los territorios concedidos para la construcción de una nueva embajada rusa en el país.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, ha señalado que la decisión muestra la “falta de respeto” de Canberra hacia el Estado de Derecho y ha señalado que “al poner fin al acuerdo, las autoridades australianas ya estaban preparándose para hacerse con la propiedad de la diplomacia rusa”.
“Estas acciones son poco honestas y son de dudosa legalidad”, ha aseverado Zajarova en un comunicado del Ministerio después de que las autoridades australianas hayan tratado de poner fin al contrato en cuestión para la construcción de un nuevo complejo para la embajada rusa en el país y que se remonta a agosto de 2022.
Los motivos esgrimidos por el Gobierno de Australia se centran en el hecho de que Rusia no habría completado los trabajos previstos para un plazo de tres años desde que emitió el permiso, por lo que se han registrado “daños” en la zona.
Sin embargo, la legación diplomática ha rechazado esta postura y han recurrido a la Justicia, si bien los tribunales australianos han desestimado las demandas. Este lunes, la jueza Jayne Jagot rechazó la petición de Moscú de aplicar una medida cautelar que habría impedido que la parte australiana tomase el control del lugar mientras se lleva a cabo cualquier acción judicial.
El Gobierno ha insistido en cancelar el contrato de arrendamiento de Rusia para construir una segunda embajada, esta vez en Canberra, a unos pocos metros del Parlamento, argumentando que la proximidad planteaba problemas de seguridad.
Para la Embajada rusa, las acciones de las autoridades australianas suponen un “paso adelante en la destrucción de las relaciones con Moscú” que se enmarca en una “histeria rusófoba”.
En los últimos días, según medios australianos, un presunto diplomático ruso ha “okupado” la zona, ignorando las órdenes de desalojo, alegando inmunidad. El incidente se remonta a 2008, cuando Rusia y Australia firmaron una concesión por una duración de 99 años sobre unos terrenos próximos al Parlamento australiano sobre los que Moscú iba a erigir su nueva embajada en el país.
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