BRUSELAS, 30 (EUROPA PRESS)
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han resistido este viernes el pulso de sus colegas húngaro, Viktor Orbán, y polaco, Mateusz Morawiecki, para tratar de imponer la unanimidad en las decisiones comunes en materia de política migratoria y revertir así el reciente acuerdo alcanzado a nivel de ministros para crear un mecanismo obligatorio para el reparto de la carga del asilo entre los Veintisiete.
La cumbre de líderes en Bruselas ha concluido con un texto de conclusiones que deja fuera las ideas que recogía el borrador en materia migratoria por el bloqueo de Budapest y Varsovia, lo que ha obligado al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a publicar esas ideas en una declaración propia paralela respaldada por todos los demás mandatarios.
“Hemos dado un nuevo paso importante que valida el acuerdo alcanzado por mayoría cualificada”, ha destacado Michel al término del Consejo europeo, en una rueda de prensa en la que ha confirmado que Hungría y Polonia “desaprueban” tanto la “sustancia” del pacto migratorio que negocia la UE como con el “proceso de decisión”.
En la misma línea, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ha destacado que una “mayoría aplastante” –representada por 25 de los 27 líderes– ha dado su apoyo a la declaración de Michel, lo que en la práctica supone un aval mayor que el alcanzado a nivel de ministros hace semanas en donde además de la oposición de Hungría y Polonia otros países mostraron reservas que este viernes no han mantenido.
“Es una base muy sólida para la continuación de los trabajos”, ha insistido Kristersson, quien al igual que otros mandatarios que se han expresado entre este jueves y viernes sobre el asunto han subrayado que las decisiones de migración y asilo en el seno de la UE se tomar por mayoría cualifica y no por unanimidad, porque así lo recogen los Tratados.
Preguntado por las tensiones, Michel ha querido poner en valor que los líderes hayan “demostrado sangre fría y calma” porque les permitirá “seguir avanzando” en las negociaciones para cumplir el objetivo de cerrar el Pacto Migratorio antes de que concluya esta legislatura en junio del próximo año.
Tras un primer intento frustrado por parte de los Veintisiete de acordar un texto de conclusiones durante el jueves, la mandataria italiana, Giorgia Meloni, ha tratado de convencer también sin éxito a primera hora del viernes a Orbán y Morawiecki en una reunión trilateral privada para que levantaran sus reservas.
Meloni ha dicho después a la prensa que no está “decepcionada” porque entiende que Hungría y Polonia simplemente defienden intereses nacionales, si bien ha advertido de que “nunca habrá unanimidad” en materia migratoria en la UE y ha defendido la necesidad de superar las diferencias apostando por reforzar la dimensión exterior de la gestión migratoria y de asilo.
“Pero no es un desastre que no hayan sido adoptadas las conclusiones, todo aquello sobre lo que ha habido avances seguirá adelante”, ha razonado el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, quien también ha evocado el compromiso de reforzar el apoyo a Túnez para frenar las rutas ilegales como un modelo que debería “ser replicado” con otros países terceros.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por su parte, ha lamentado la “ceguera” que a su juicio muestran los países de la UE que no reconocen la importancia de la dimensión exterior; al tiempo que ha confiado en que, durante el semestre de presidencia de la UE que asume desde este sábado España, los 27 logren un acuerdo sobre la reforma migratoria que “equilibre la responsabilidad y la solidaridad”.
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