MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
Cáritas alertó este miércoles que la crisis humanitaria desencadenada tras la guerra en Ucrania y la consecuente subida del coste de la vida marcó su labor en 2022. El año pasado invirtió la cifra récord de 457,2 millones de euros, 54 millones de euros (13,4%) más que el anterior, tanto dentro como fuera de España y más de 220.000 personas acudieron a la entidad porque no podían pagar la vivienda o los suministros.
Así lo refleja la memoria anual 2022 que presentaron en Madrid el presidente de Cáritas, Manuel Bretón, y la secretaria general, Natalia Peiro, que apuntaron que tras las cifras están las historias de las 2.830.156 personas de dentro y fuera de las fronteras españolas (2,6 millones en 2021). De ellas, 1.559.882 recibieron apoyo de la organización católica dentro de España y 1.270.274 en Cooperación Internacional.
“Vivimos tiempos de crisis acumuladas. Tras la pandemia provocada por el Covid-19, vino la guerra de Ucrania, el aumento de la movilidad humana, la evolución del coste energético y la inflación… Esta situación, tanto en el ámbito local como mundial, ha acrecentado la pobreza y la desigualdad”, aseguró Natalia Peiro.
La memoria destacó las graves dificultades que ha supuesto la crisis inflacionaria para muchos hogares: en el programa de Acogida y Asistencia se atendieron en el último año a 1.191.853 personas, cifra un 16,8% superior que la de antes de la pandemia (1.020.176 en 2019).
La mayoría de las personas atendidas en los programas de acogida y asistencia recibieron ayudas para el acceso a consumo de alimentos seleccionados, adquiridos y gestionados directamente por ellos mismos (385.000), para el pago del alquiler de sus viviendas (120.000) o para el de los recibos de los suministros (100.000).
Solo en ayudas para vivienda, Cáritas invirtió 54 millones de euros (46 millones, en alquileres y OCHO millones en recibos de suministros) y otros 46 millones en alimentos. “Como consecuencia del aumento del coste de vida, las familias dedican una mayor parte de su presupuesto a pagar la vivienda y a otros gastos esenciales. La vivienda se ha convertido en un pozo sin fondo para los ingresos de las familias. Dedicar más recursos de los recomendados a la vivienda genera no poder cubrir otras necesidades básicas, como garantizar unos mínimos de confort térmico o la generación de deudas por impagos”, señaló Peiro.
Aunque la emergencia social fue una prioridad para Cáritas, no fue la única, pues la inflación y las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania comenzaron a debilitar el crecimiento del empleo, la red de Cáritas logró aumentar una vez más más los fondos invertidos en programas de Economía Solidaria.
Con una dotación total de 117,5 millones de euros, el esfuerzo financiero realizado sobre los itinerarios de inserción sociolaboral y las empresas de inserción volvieron a superar a los programas de Acogida y Asistencia (112,2 millones de euros). Con estos recursos se consiguió atender a un 11,7% más de personas en busca de empleo que en 2021.
UCRANIA
En 2022, se destinaron más de 23,6 millones de euros y se atendieron a 1.270.274 personas, un 26% más que el año anterior en proyectos de cooperación internacional. Buena parte de ese incremento estuvo motivado por la emergencia humanitaria causada por la guerra en Ucrania y que ha provocado el desplazamiento forzoso de un tercio de su población. Asimismo, Cáritas Española apoyó a 48.084 personas en Ucrania y a 7.883 en los países limítrofes. En España, la red de Cáritas diocesanas atendieron a 5.378 personas ucranianas.
“Sin duda, dar respuesta a las necesidades humanitarias de millones de personas afectadas por la terrible guerra ha sido nuestra principal tarea en 2022. A la par hemos seguido con nuestra labor en otros 40 países de América, Asia, Medio Oriente, Norte de África y África subsahariana de una manera estable y consolidada, tejiendo un fraterno compromiso de cooperación y colaboración para hacer posible una misión que nos es común: llegar a las personas en situación de mayor vulnerabilidad y pobreza, allí donde se encuentren”, subrayó la secretaria general.
Los otros programas que más recursos utilizaron a lo largo del año pasado fueron los de personas en situación de sin hogar (38,8 millones), personas mayores (35 millones) y los de familia, infancia y juventud (29,6 millones), por citar los más relevantes.
Este esfuerzo económico se explica en el apoyo de miles de socios, donantes y colaboradores privados, que aportaron más de 304,2 millones; y administraciones públicas, que aportaron 152,9 millones (un 24,2% más que el año anterior), lo que arrojó un balance de ingresos con un 66% de origen privado y un 33% de las administraciones públicas. Asimismo, la memoria se hizo eco de que la confederación cuenta con 72.447 personas voluntarias y a 5.531 trabajadores contratados.
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