Su única cita pública será el Ángelus, que continuará rezando asomado a la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico del Vaticano
ROMA, 28 (EUROPA PRESS)
El Papa renunciará un año más a pasar los meses de julio y agosto en la imponente villa pontificia de Castel Gandolfo, un palacio fortificado del siglo XVII, a orillas del Lago Albano y permanecerá en la habitación 201 del segundo piso de Casa de Santa Marta, donde reside habitualmente.
En cualquier caso, está previsto que reduzca su agenda durante este mes de julio, aunque continuará con ciertas actividades laborales pero un ritmo más pausado, como ha hecho los veranos anteriores desde que fue elegido Pontífice.
A sus 86 años, Jorge Mario Bergoglio conserva algunas de las costumbres de cuando era cardenal en Buenos Aires y no hará las maletas para irse a descansar, como sí hacían sus predecesores, sino que sólo reducirá la carga de su agenda.
De hecho, el complejo estival pontificio –situado a unos 40 kilómetros de la capital italiana– fue trasformado en un museo para los turistas, aunque sólo están abiertas al público unas cuantas salas que albergan vitrinas con los ornamentos litúrgicos pertenecientes a anteriores pontífices, así como sus retratos.
Según ha anunciado la Prefectura de la Casa Pontificia, el departamento que organiza la agenda del Papa, durante el mes de julio el pontífice cancelará las audiencias generales públicas de los miércoles, que se retomarán de nuevo en agosto. Además, suspenderá las recepciones de alto nivel en el Vaticano, así como las citas a grupos eclesiales o sociales.
Su única cita pública será el ángelus, que continuará rezando asomado a la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico del Vaticano. No obstante, aunque el pontífice reducirá sus apariciones en público, seguirá trabajando en la redacción de documentos y discursos para el resto del año.
Francisco abandonó el pasado 16 de junio el hospital Gemelli de Roma, donde estuvo ingresado nueve días para someterse a una operación de una hernia producida por una cicatriz de una intervención anterior. El cirujano que le operó, Sergio Alfieri, aseguró que, a partir de ahora, el pontífice podrá llevar a cabo todos sus compromisos “con más fuerza que antes”, si bien le recomendó que aunque no sea necesario que esté “postrado en la cama”, sea “cuidadoso con sus esfuerzos”.
VIAJES EN “MEJORES CONDICIONES”
Está previsto que el Papa viaje a Lisboa del 1 al 6 de agosto para participar en la Jornada Mundial de la Juventud y, a finales de agosto, a Mongolia. Para sus médicos, si hace una “convalecencia cuidadosa” podrá realizar estos viajes en “mejores condiciones” que las que tenía cuando los “había planeado”, cuando sufría fuertes dolores abdominales.
“Cuando los procesos de curación terminen, estará mejor. Y por lo tanto para mí él puede hacer absolutamente los viajes. Luego con sus colaboradores durante este mes y medio tratará de equilibrar los compromisos entre los inaplazables y los más onerosos”, incidió Alfieri.
El equipo médico del Papa le aconsejó al menos un mes de convalecencia “para aliviar un poco sus músculos abdominales, para que se curen bien y pueda reanudar todos sus compromisos”, como subrayó el cirujano.
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