MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Decenas de colonos israelíes han asaltado este martes la localidad cisjordana de Huwara, incendiando más de un centenar de automóviles e hiriendo a al menos 34 personas, después de que cuatro ciudadanos israelíes muriesen por dos tiroteos perpetrados cerca del asentamiento de Eli, en Cisjordania.
Tres israelíes han sido arrestados bajo sospecha de incendio premeditado cuando grupos de colonos han bloqueado el tráfico, arrojado piedras a los vehículos de los palestinos y destrozado propiedades, como una escuela, una tienda o campos agrícolas.
Fuentes de Defensa de Israel han señalado que los colonos han atacado también a los soldados, por lo que estos han tenido que realizar disparos de advertencia al aire, según recoge el diario israelí Haaretz.
Un portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ha indicado que se ha decidido reforzar la vigilancia en la zona, “según la evaluación de la situación”, tal y como han indicado en su perfil oficial de la red social Twitter.
La Policía israelí ha confirmado el refuerzo de seguridad, “con énfasis en áreas sensibles, intersecciones y puntos de concentración de multitudes”. “Las fuerzas policiales y las FDI trabajarán para mantener la seguridad pública y prevenir incidentes de orden público al tiempo que permiten las protestas”, ha indicado al tiempo que ha pedido a la ciudadanía que obedezca las instrucciones de los agentes desplegados.
No es la primera vez que Huwara es objetivo de los colonos israelíes; a finales de febrero un grupo de colonos atacó la localidad en represalia por un atentado que acabó con dos israelíes muertos. La incursión de los colonos se saldó con al menos un palestino muerto y decenas de viviendas incendiadas. Por su situación geográfica, Huwara es el único punto de entrada a los asentamientos israelíes en el norte de Cisjordania.
Los elementos más extremistas de la coalición gubernamental israelí, como el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, llamaron hace unas semanas directamente a efectuar una purga contra la población de la ciudad, en unos comentarios que el propio Gobierno estadounidense, aliado histórico de Israel, describió como “repugnantes”.
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