La ONG pide a la comunidad internacional que reconozca que la junta militar es un “peligroso obstáculo” para evitar futuras crisis
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este lunes que “la creciente obstrucción” de la junta militar birmana a la ayuda humanitaria ha puesto en peligro a miles de personas, convirtiendo así un “fenómeno meteorológico extremo en una catástrofe provocada por el hombre”.
HRW ha denunciado que, desde que el ciclón tocó tierra hace un mes, las autoridades birmanas se han negado a autorizar viajes y visados para los trabajadores humanitarios, a liberar suministros urgentes de aduanas y almacenes, o a relajar las “innecesarias restricciones” impuestas a la ayuda para salvar vidas.
Así, la ONG ha entrevistado a trabajadores humanitarios y vecinos de las comunidades afectadas que han señalado cómo la fallida respuesta de ayuda de la junta ha sido deliberada. Además, trabajadores humanitarios, activistas locales y residentes han expresado la opinión de que la Junta estaba tratando de utilizar la respuesta al ciclón para legitimar y reforzar su control.
“Los gobiernos que intentan ayudar a la población de Birmania que se enfrenta a esta crisis humanitaria o a otras futuras deben reconocer que la junta militar sólo será un peligroso obstáculo para alcanzar ese objetivo”, ha declarado la investigadora para Asia de HRW, Shayna Bauchner.
“Las vidas de incontables miles de personas en todo el país están en peligro por culpa de unos generales decididos a mantener su férreo control del poder a cualquier precio”, ha aseverado la investigadora de la organización.
Tras semanas de llamamientos de las organizaciones humanitarias para que se permitiera el acceso sin restricciones, el 8 de junio la junta formalizó la obstrucción emitiendo una suspensión general de las autorizaciones de viaje para grupos de ayuda el estado de Rajine, revocando las aprobaciones inicialmente concedidas.
Después, las autoridades del país asiático exigieron a Naciones Unidas y otras organizaciones no gubernamentales internacionales que les entregaran toda la distribución. Pero los vecinos han denunciado niveles masivos de necesidades no atendidas, que incluyen la destrucción de refugios o enfermedades transmitidas por agua o desnutrición.
“Es incomprensible que se niegue a los trabajadores humanitarios el acceso para ayudar a las personas necesitadas”, ha expresado Ramanathan Balakrishnan, coordinador residente y humanitario en funciones de la ONU, tras la suspensión.
“Justo cuando las comunidades vulnerables más necesitan nuestra ayuda, nos hemos visto obligados a interrumpir la distribución de alimentos, agua potable y suministros para refugios. Esta denegación de acceso prolonga innecesariamente el sufrimiento de quienes no tienen qué comer ni un techo bajo el que cobijarse”, ha agregado Balakrishnan.
La injerencia de la junta a las operaciones de ayuda humanitaria desoye múltiples llamamientos internacionales que instan al acceso “pleno, seguro y sin trabas” de estos servicios y bienes. Por ello, HRW ha instado al Consejo de Seguridad a que apruebe urgentemente una resolución que establezca un embargo mundial de armas, que remita la situación al Tribunal Penal Internacional (TPI) y que imponga sanciones a los dirigentes de la junta y las empresas de propiedad militar.
Así, la ONG ha indicado que los donantes deberían aumentar la financiación y buscar formas de canalizar la ayuda a través de grupos locales de la sociedad civil en vez de a las autoridades del país, “dado el historial de corrupción de los militares y el mal uso de la financiación y el material de ayuda para catástrofes”.
“Los donantes deberían presionar a la Junta para que abandone su obstrucción por motivos políticos y permita que la ayuda que se necesita desesperadamente llegue a todos los supervivientes del ciclón”, ha declarado Shayna Bauchner.
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