HUESCA, 17 (EUROPA PRESS)
Pueblos del Alto Aragón, entre los que figuran algunos que ostentan el título de ‘Los más bonitos de España’, apuestan por la empleabilidad y la sostenibilidad para luchar contra la despoblación y lograr un entorno atractivo para autóctonos y visitantes, sin perder sus señas de identidad.
Uno de los ejemplos de esta estrategia que aúna turismo y empleo, sin olvidar el medio ambiente y que es capaz de generar beneficios a la comunidad, se encuentra en Alquézar (Huesca), un idílico enclave que forma parte del Parque Natural de la Sierra y de los Cañones de Guara, por donde transcurre el río Vero. En 1966, su colegiata (dedicada a Santa María), fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional y, en 1982, su casco urbano fue Declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Mariano Altemir ha sido alcalde de esta localidad durante 32 años, lo que le convierte en el segundo regidor más longevo en la comarca de Somontano. Altemir, que ha representado al PSOE durante este periodo, recuerda cómo durante estas tres décadas el ahora uno de los Mejores Pueblos Turísticos del Mundo, según la Organización Mundial de Turismo, ha triplicado su población, después de estar a punto de desaparecer.
“Actualmente, hay cerca de 300 personas empadronadas”, subraya Altemir en un encuentro con los medios organizado por la Dirección General de Turismo del Gobierno de Aragón, con la asistencia técnica de MundoAra Travel. Muchos de los visitantes de la zona (que inicialmente era transitada en su mayoría por ciudadanos franceses) se decantan por el deporte de aventura o de naturaleza, que pueden encontrar en los barrancos en la sierra de Guara o al realizar la ruta de las pasarelas en el río Vero, “que transitan cerca de 120.000 personas al año”.
Reflejo del compromiso con el territorio son también los alcaldes del Boltaña, José María Giménez (PP), y Aínsa, Enrique Pueyo (PSOE). A pesar de representar a diferentes formaciones, llegaron a la política por un denominador común: “las ganas de hacer algo” por su tierra. Ambos coinciden en relatar cómo se juntaron con otros jóvenes de su territorio al estar en desacuerdo con los anteriores alcaldes para impulsar el cambio.
Aínsa, considerado como uno de los pueblos más bonito de España para National Geographic, se ubica entre los ríos Ara y Cinca, en la comarca de Sobrarbe y también alberga un Eco-museo de la fauna pirenaica y el Espacio del Geoparque de los Pirineos. Su casco antiguo, de estilo medieval, está declarado Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural.
Puerta de entrada para recorrer el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, entre otros, Aínsa comparte capitalidad con Boltaña, situada en la misma comarca, en el valle del río Ara, donde su alcalde apuesta por las energías renovables, como la solar, sin olvidar la importancia de los avances tecnológicos, como facilitar las conexiones a Internet para sus habitantes, ya sea para su trabajo o su tiempo de ocio.
Otras actividades que giran en torno a costumbres más lúdicas, como el parchís, reactivaron la localidad de El Grado, sede del Campeonato Mundial del Parchís entre 1999 y 2012. En su punto álgido, hasta más de 500 personas llegaron a participar en este encuentro, cuya idea surgió de un grupo de jóvenes del pueblo, los Amigos del Parchís de Lo Grau.
En declaraciones a los medios, la técnico de Desarrollo local del Ayuntamiento de El Grado (Huesca) Ana Cosculluela, avanza que “no descartan volver a recuperar este campeonato”. Estudiante de ingeniería de telecomunicaciones, Cosculluela regresó a su tierra, donde lleva ya más de veinte años dedicada a su pueblo y a la comarca.
Otro regalo a su tierra es el que hizo Vicente Ballarín al poner en marcha el museo Era de Vicén, en Roda de Isábena (Huesca), en la vecina comarca de Ribagorza, reflejo de su pasión por el modelismo naval y aéreo con el amor por la tierra, un espacio que reúne una de las más completas colecciones privadas de maquetas navales y aeronáuticas existentes en España.
Roda de Isábena, que forma parte de la red de los Pueblos más Bonitos de España, es conocido por ser el pueblo más pequeño con catedral, la de San Vicente mártir, de estilo románico, que alberga la cripta de san Ramón. Con cerca de 25 habitantes, su párroco, Aurelio Ricou, es fiel reflejo de algunas de las carestías a las que se enfrenta la zona, ya que también se ocupa de otros pueblos, acompañado de otros dos sacerdotes. “La soledad es complicada pero a veces la convivencia también”, bromea.
La capital de la comarca del Somontano de Barbastro y tercera ciudad más poblada de Aragón, Barbastro (Huesca)–cuyo nombre deriva de la antigua Barbitania o Regio Barbitania, zona de asentamiento romano– también ofrece al visitante una variada oferta gastronómica y cultural, como detalla su alcalde, Fernando Torres Chavarría (PP).
Así, anualmente se convoca un Certamen Literario, el Premio de Poesía Hermanos Argensola, el Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Barbastro o el Festival Internacional de Jazz, entre otros eventos protagonistas de una ciudad conocida por la catedral de la Asunción de Barbastro, uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótico renacentista de Aragón. Consagrada en el siglo X, su retablo mayor combina un basamento de alabastro policromado, terminado en madera dorada y policromada y color blanco charol.
A 24 kilómetros de Barbastro se alza sobre el río Cinca la ermita de Torreciudad, construida sobre vestigios medievales, acompañada de una torre de vigilancia de la época árabe que contempla esas aguas azules tan características del embalse de El Grado. Este santuario mariano, un lugar para honrar a la Virgen –una talla románica con un niño sentado sobre las rodillas de su madre como en un trono– es otra parada indispensable para peregrinos y visitantes, a quienes ofrecen un vídeo-mapping proyectado sobre el retablo del santuario o el espacio ‘Vive la experiencia de la fe’.
En 2022, el santuario recibió en torno a 190.000 visitas, sobre todo en agosto (31.500), abril (23.500) y julio (22.500), cifras que recuperan los registros del año anterior a la pandemia. A falta de conocer las cifras de este año, Torreciudad tiene por delante citas ineludibles como la del próximo 16 de septiembre, cuando celebrará la 31ª Jornada Mariana de la Familia, presidida por el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, entre otras actividades.
COMPROMISO CON EL TERRITORIO Y EL MEDIO AMBIENTE
Otros dos ejemplos de recuperación del territorio se vislumbran en los pueblos de Ligüerre de Cinca (que quedó despoblado por la construcción del embalse de El Grado) y Morillo de Tou que, de la mano de UGT y CC.OO respectivamente, se han convertido en epicentro de empleo sostenible a lo largo de todo el año. Reivindican que comenzaron a luchar contra la despoblación “desde hace más de tres décadas, antes de que este término estuviera en boca de todos” y se afanan por conseguir el mayor número de servicios, conscientes de que aún deben sortear otras trabas como agilizar el acceso a la asistencia sanitaria.
Mientras, Bodega Pirineos, de la Denominación de Origen Somontano, apuesta por la sostenibilidad al contribuir a la preservación de la cordillera que lleva su nombre gracias a una donación al Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), perteneciente al CSIC, para identificar e investigar los refugios climáticos, lugares donde habitan especies de plantas que tienen mayor probabilidad de sobrevivir durante situaciones de cambio climático.
En virtud de este acuerdo, la bodega donará parte de los beneficios obtenidos con las ventas de dos de sus vinos monovarietales para estudiar la biodiversidad de la cordillera aragonesa, como detalla Javier Fillat, Marketing Manager de Bodega Pirineos (Grupo Barbadillo). La Bodega se ha alzado con la Medalla de Oro en el concurso más importante a nivel mundial de uva Chardonnay, el Chardonnay Du Monde 2023.
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