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En el Oriente Próximo, las autoridades israelíes han procedido a la demolición de la vivienda del individuo acusado de realizar un doble atentado con bomba en Jerusalén en el año 2022

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Heridos seis palestinos en enfrentamientos con militares israelíes durante la operación de demolición

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

El Ejército de Israel ha destruido este jueves la vivienda de un palestino imputado por terrorismo por su supuesta responsabilidad en un doble atentado con bomba perpetrado en noviembre de 2022 en Jerusalén, que se saldó con dos muertos y más de 20 heridos.

“Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han destruido la vivienda del terrorista Aslam Fruj en la ciudad de Ramala”, ha dicho el Ejército israelí a través de su cuenta en la red social Twitter, antes de confirmar que durante la operación se han registrado “disturbios violentos”.

Así, ha subrayado que durante los incidentes varios sospechosos “han lanzado piedras, cócteles molotov y explosivos contra las fuerzas, que respondieron con medidas antidisturbios y fuego real”. “Se han detectado heridos. No hay bajas entre nuestras fuerzas”, ha zanjado.

El Ministerio de Sanidad palestino ha señalado que al menos seis personas han resultado heridas en los enfrentamientos, incluidas tres que han recibido disparos en la cadera, una pierna y un brazo, tal y como ha recogido la agencia palestina de noticias WAFA.

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El resto de los heridos, han sido atendidos por el impacto de balas de goma –incluido un fotoperiodista alcanzado en la cabeza– o la inhalación de gases lacrimógenos. El fotoperiodista, identificado como Mumen Sumrein, se encuentra en estado estable, según estas informaciones.

Fruj, presunto miembro del grupo yihadista Estado Islámico, fue imputado el 30 de diciembre por el doble atentado con bomba contra sendas paradas de autobús en los alrededores de Jerusalén. Así, la Fiscalía le acusa de pertenencia a un grupo terrorista, usar armas para sembrar el terror, asesinato e intento de asesinato.

Las autoridades israelíes sostienen que Fuj, de 26 años, habría decidido perpetrar el atentado por su lealtad a Estado Islámico y compró ocho kilogramos de explosivos para fabricar las bombas, que colocó en las paradas durante la jornada del 23 de noviembre. Posteriormente, envió un mensaje por Telegram a un medio que publica comunicados del grupo yihadista para reclamar la autoría.


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