El “estatus” del jefe de la misión en Sudán “no ha cambiado”, según el portavoz del secretario general
MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, ha asegurado este viernes que la declaración de ‘persona non grata’ de Sudán contra el jefe de la Misión Integrada de Asistencia para la Transición de la ONU en Sudán (UNITAMS) Volker Perthes es “contraria” a los principios de Naciones Unidas y no puede ser “aplicable”.
“En este momento, Perthes está en Adís Abeba”, ha indicado Dujarric en rueda de prensa, agregando que “su estatus no ha cambiado” y que “la posición del secretario general sigue siendo la que expresó ante el Consejo de Seguridad de la ONU la semana pasada”.
Dujarric ha señalado además, al ser preguntado sobre la posibilidad de que Perthes se marche de Sudán y no pueda volver al país, que “cualquier anuncio sobre un posible viaje” del jefe de la misión de la ONU en Sudán será comunicado a la prensa.
A principios de mayo, decenas de personas se manifestaron frente a la residencia del enviado de la ONU en el país para reclamar su “expulsión inmediata”. Durante los últimos meses, personas afiliadas con el Ejército y con grupos islamistas sudaneses han protagonizado diversas manifestaciones contra Perthes, que ha sido además objeto incluso de amenazas de muerte.
Naciones Unidas mostró en abril su “profunda preocupación” por un vídeo que circulaba en redes sociales en el que un hombre pide que se emita una ‘fatua’ (edicto islámico) para que esté justificado el asesinato de Perthes, jefe de la Misión Integrada de Asistencia para la Transición de la ONU en Sudán (UNITAMS).
No es la primera vez que las autoridades sudanesas muestran su rechazo al enviado de Guterres, ya que el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, pidió el año pasado a Perthes que dejase de “interferir en los asuntos internos” del país, amenazándole con la expulsión del territorio del país africano.
Sudán estaba gobernado antes del estallido de los combates por una junta liderada por el jefe del Ejército, Abdelfatá al Burhan que tenía como ‘número dos’ al cabecilla militar de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’. Las discrepancias entre ambos sobre la integración paramilitar en un futuro Ejército unificado –acuerdo previo a la formación de un nuevo gobierno de unidad liderado por civiles– acabaron degenerando en el conflicto que actualmente se vive en el país.
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