MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Un total de 20 ucranianas acogidas por Fundación Madrina se han graduado este miércoles 7 de junio de un curso de 50 horas de español y han recibido un diploma, cuando se cumple más de un año de su estancia en el país tras huir de Ucrania por la guerra, según han explicado en un encuentro con los medios celebrado en la sede de Fundación Madrina, en Madrid, en el que han destacado que las participantes han manifestado “un nivel de motivación jamás visto”.
“Este curso ha sido una experiencia perfecta, me ha ayudado mucho porque creo que para socializar es importante el idioma. Lo primero que necesito es el idioma y después ya trabajo y amigos. La lengua lo es todo, puedes ir al parque y al supermercado y todo el mundo está contigo”, ha afirmado en declaraciones a Europa Press Julia, una de las 20 ucranianas graduadas.
Como han detallado, más de 2.600 madres están registradas para realizar un curso o taller, lo que les capacitará para alcanzar un empleo. Así, de más de 200 jóvenes diplomadas, 20 de ellas han recibido el diploma durante el encuentro.
El curso, que se encuentra dentro del programa de ‘Formación y empleo’ de la Fundación, tiene como fin capacitar, empoderar y acompañar a las madres vulnerables de más de 30 países que son derivadas por todos los servicios sociales. Además, también reciben alimentos de la Fundación para sobrevivir.
La profesora del curso durante este año ha sido Carrie Sandholtz, quien ha destacado durante el encuentro que ha sido “un honor y un placer poder dar clases a las ucranianas”. “Ya son mis amigas y las quiero con el corazón. Cada clase vinieron con un nivel de motivación que jamás he visto en mi enseñanza, quieren aprender, comunicarse y compartir sus historias, ha sido súper especial”, ha asegurado.
Giménez ha matizado que en los cursos hay “profesoras, empresarias, médicos, ingenieras y personas muy capacitadas”, por lo que “tienen mucho talento”. “Sería una pena no aprovecharlo en España”, ha añadido.
Por ello, en declaraciones a Europa Press, ha pedido que “las autoridades se pongan las pilas” ya que “no pueden tardar años en homologar un título de un médico o cualquier oficio que ha estado vigente en Ucrania”. “Es una pena que no se involucren”, ha afirmado.
“Para nosotros es un halo de esperanza. Estas madres podrán ya conseguir un trabajo, porque muchos de ellos les ponen muchas pegas en cuanto al idioma. De hecho, muchas de las familias han vuelto por el idioma y eso no queremos que pase”, ha añadido por su parte a Europa Press el presidente de la Fundación Madrina, Conrado Giménez.
La Fundación Madrina ha contratado varios empleados ucranianos, como auditores, enfermeras, ingenieros y profesores, todos ellos refugiados de guerra. Además de ofrecerles un empleo, la Fundación les ha facilitado inicialmente alojamiento y clases de español para su integración en el país.
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