El homicidio se produjo al ofrecer resistencia la víctima, quien recibió una puñalada mortal en la tráquea
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El cuñado político del hostelero de San Blas asesinado en marzo de 2020 ideó un plan para robarle la recaudación y encargó el atraco a dos toxicómanos que conoció días antes en un bar, a quienes suministró dos cuchillos y datos sobre los itinerarios de la víctima.
“Fue un robo que salió mal ejecutado por dos drogodependientes”, ha alegado una de las defensas en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid. Las defensas han emplazado a los miembros del jurado que valoren la situación de drogodependencia de dos de los procesados en aquella época.
El supuesto inductor se encuentra en libertad provisional, mientras los otros dos permanecen en prisión provisional desde su detención, que tuvo lugar en febrero de 2021. La familia de Juan Miguel pide para los tres que sean condenados a prisión permanente revisable.
El crimen se produjo la noche del 6 de marzo de 2020 cuando Juan Miguel cerró su bar y se dirigió junto a su pareja Graciela y su cuñada al lugar donde tenía el coche aparcado en la calle de Hinojosa del Duque. Cuando estaban dentro del vehículo, fue apuñalado en el cuello. La puñalada le atravesó la tráquea y cayó fulminado. Los delincuentes huyeron del lugar sin robar nada.
Entre el público se han sentado familiares y allegados de la víctima, una persona muy querida en San Blas. Su madre no ha podido evitar las lágrimas al escuchar las alegaciones previas al juicio. En sus declaraciones, los tres acusados se han roto al mostrarse arrepentidos de lo sucedido. “Por desgracia, esto me va a seguir el resto de mi vida”, ha subrayado uno de ellos.
En su informe, la fiscal sostiene que los procesados tenían intención de robar pero “se les fue de las manos” porque la víctima se enfrentó a ellos. Mientras, la acusación particular que representa a los hijos mantiene la tesis de que buscaban matarle.
“Juan Miguel no tuvo posibilidad de defensa y sus asesinos se aseguraron la muerte”, ha subrayado el abogado de la familia, quien ha incidido en que el crimen se produjo en un lugar poco iluminado y con el rostro cubierto.
La fiscal sostiene que David M. B. fue el inductor de los hechos mientras que la familia le sitúa como cooperador necesario, ya que sin sus planes el delito no se podría haber ejecutado al ser la persona que dio las armas y los itinerarios. Los otros dos acusados no conocían a la víctima.
Pese a ello, la familia solicita para los tres prisión permanente revisable. La defensas solicitan 8 años de cárcel al considerar que concurren en el caso de Manuel y José Ramón las atenuantes de confesión tardía, reparación del daño y una analógica por adicción a las drogas.
En el juicio se ha desvelado que David pertenecía al entorno de Juan Miguel al haber sido expareja de su cuñada. Se enfrenta a una petición fiscal de 17 años de cárcel por homicidio y robo con violencia en grado de tentativa, mientras que los otros dos afrontan una pena de 15 años y tres meses de prisión.
“David se aprovechó de lo buenas personas que eran Juan Miguel y su pareja. Le abrieron las puertas de su casa y le dieron de comer. Y David se aprovechó de la información que tenía. Los dos fueron asaltados y no tuvieron posibilidad de defensa”, ha alegado el abogado que ejerce la acusación en nombre de la pareja de la víctima.
Manuel reconoció ya en instrucción haber participado en el crimen y logró recaudar entonces dinero para resarcir económicamente a su familia. En la época de los hechos, era toxicómano y hacía lo que fuera necesario, según su defensa, para conseguir dinero para droga.
“Esto no es ETA ni sicarios, hablamos de unos desgraciados que van a cometer un robo expuestos por otra persona que le dan todos los datos”, ha reseñado su abogado en su informe al jurado.
Por su parte, José Ramón, que fue el autor material, era también en esos momentos drogodependiente a la cocaína y a los fármacos. Tres años después, se ha rehabilitado por su estancia en prisión.
En su turno, la abogada de David ha recalcado al tribunal que esa noche había planeado “un tirón que salió mal” y que nunca hubo una intención de matar, negando que fuera la persona que suministrara los cuchillos. Recuerda que su cliente se llevaba muy bien con la víctima y no le quería causar ningún daño. Tras el crimen, acudió a la comisaría y confesó lo ocurrido, culpando a los otros dos.
“UN TIRÓN MUY FÁCIL”
El primero en declarar ha sido Manuel, quien ha reconocido los hechos que se le imputan. Según su versión, conoció a David en un bar a través de una tercera persona y, unos días después, le ofreció “un tirón muy fácil”.
“Conocía a la familia y lo tenía pensado porque había una buena recaudación. Nos dio el dónde, cómo y cuándo”, ha relatado, narrando que entonces era adicto a las drogas y al alcohol. Decidió ofrecer colaboración en el robo a un amigo en su misma situación de consumo.
“Nos dijo que nos bajaba unos cuchillos para que fuera más rápido”, ha narrado a lo que el otro acusado le ha replicado que era “mentira” siendo abroncado por el tribunal. Según su relato, Juan Miguel y Graciela ofrecieron resistencia y él salió corriendo hacía donde estaba David.
David les pidió el dinero pero huyeron del lugar sin coger nada. Le dieron la ropa con la que se habían disfrazado y José Ramón le entrega el cuchillo, sin ver que estuviera manchado de sangre. Se enteró a través de un familiar que Juan Miguel había muerto.
En su declaración, José Ramón ha reconocido que fue el autor material de la puñalada que acabó con la vida de Juan Miguel al resistirse y que huyeron sin coger nada ante lo ocurrido, mientras que David ha negado que les entregara los cuchillos y las bragas con las que ocultaron su rostro.
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