MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El Ministerio de Exteriores ruso ha convocado este martes al embajador belga en Moscú, Mark Michielsen, en protesta por el posible uso de armamento de fabricación belga por parte de los grupos paramilitares que realizaron una incursión en la región de Belgorod, en el suroeste de Rusia y fronteriza con Ucrania.
La diplomacia rusa ha aprovechado la ocasión para defender en un comunicado su postura sobre el peligro que podría acarrear el “bombeo” de armamento y equipos occidentales a las Fuerzas Armadas de Ucrania, así como la posibilidad de que estas armas cayeran en manos de “grupos terroristas”.
“Hemos hecho un llamamiento a Bruselas para que no haga la vista gorda ante la creciente evidencia de apoyo por parte del régimen de Kiev a los terroristas, cuyo objetivo es la población civil y la infraestructura civil en la Federación Rusa”, ha zanjado el Ministerio de Exteriores de Rusia.
Las autoridades de Bélgica investigan si armas suministradas por el país a las Fuerzas Armadas de Ucrania en el marco de la ayuda militar frente a la invasión rusa han sido empleadas por parte de grupos paramilitares que realizaron una reciente incursión en la región rusa de Belgorod.
Después de que el diario estadounidense ‘Washington Post’ publicara que los grupos paramilitares utilizaron material suministrado por los aliados internacionales de Kiev, entre ellos fusiles automáticos de fabricación belga, el primer ministro, Alexander De Croo, confirmó que los servicios de Inteligencia estaban analizando esta información, sin resultados concluyentes.
Igualmente, este caso genera dudas entre los aliados de Ucrania sobre que el material bélico enviado a Kiev pueda acabar en manos de grupos paramilitares alejados del control del Ejército ucraniano, único destinatario legal de las armas.
Por su parte, el portavoz de los servicios de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, Andri Yusov, aseguró el lunes que Kiev no está en disposición de hablar sobre un asunto que atañe a grupos paramilitares que actúan de forma “autónoma” en un territorio que no es el ucraniano.
La región de Belgorod ha sido objetivo de diversos ataques por parte de las fuerzas ucranianas desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, incluidos sendos asaltos terrestres durante los últimos días que Moscú achaca a Ucrania y que han sido reivindicados por grupos de milicianos opositores al Kremlin.
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