MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El crecimiento mundial se ha desacelerado marcadamente y el riesgo de que surjan tensiones financieras en los mercados emergentes y economías en desarrollo se está intensificando, en un contexto de altas tasas de interés mundiales, según alerta el Banco Mundial en su informe ‘Perspectivas Económicas’, donde ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento global para 2023, pero ha empeorado el del próximo año.
La economía mundial se encuentra “en una situación precaria”, alerta la institución internacional, que ahora espera una expansión del PIB mundial del 2,1%, frente al 1,7% que auguraba el pasado mes de enero, mientras que para 2024 ha recortado tres décimas su pronóstico, hasta el 2,4%, y anticipa un rebote del 3% de la actividad en 2025.
En el caso de las economías avanzadas, el Banco Mundial prevé que el PIB crecerá un 0,7% este año y un 1,2% el siguiente, mientras que en 2025 aumentará un 2,2%, cuando el pasado mes de enero esperaba una expansión del 0,5% en 2023 y del 1,6% en 2024.
En el caso de Estados Unidos, la institución ha mejorado sus expectativas de crecimiento para 2023 al 1,1% desde el 0,5%, aunque empeora la del próximo año al 0,8% desde el 1,6%, mientras que en 2025 confía en un crecimiento del 2,3%.
De su lado, la eurozona crecerá un 0,4% este año, cuatro décimas más de lo previsto en enero, pero el ritmo de expansión previsto para 2024 se moderará al 1,3%, tres décimas menos de lo anticipado previamente. De cara a 2025, el Banco Mundial prevé un crecimiento del PIB de la zona euro del 2,3%.
Por su parte, para las economías emergentes y en desarrollo la institución ahora espera un crecimiento del PIB del 4% en 2023 y del 3,9% en 2024, frente al 3,4% y el 4,1% que proyectaba en enero, respectivamente, mientras que para 2025 augura una expansión del 4%.
“La manera más segura de reducir la pobreza y ampliar la prosperidad es a través del empleo. Sin embargo, el crecimiento más lento hace que la creación de puestos de trabajo sea mucho más difícil”, afirmó Ajay Banga, presidente del Grupo Banco Mundial. “Es importante tener presente que las previsiones del crecimiento no representan un destino inexorable. Tenemos la oportunidad de invertir la tendencia, pero todos debemos trabajar juntos para lograrlo”, apuntó.
Entre las principales economías emergentes, el Banco Mundial prevé una expansión de China del 5,6% este año y del 4,6% en 2024, así como del 4,4% en 2025. El pasado mes de enero, había anticipado un crecimiento del gigante asiático del 4,3% en 2023 y del 5% en 2024.
Asimismo, para la economía de Rusia, el Banco Mundial espera una contracción del PIB del 0,2% este año, cuando en enero preveía una caída del 3,3%, mientras que para 2024 anticipa un crecimiento del 1,2%, cuantro décimas menos que la anterior previsión. De cara a 2025, la institución espera que Rusia crecerá un 0,8%.
Si bien, por el momento, las tensiones bancarias en las economías avanzadas solo han tenido efectos negativos limitados en los países emergentes y en desarrollo, ahora estos están navegando en aguas turbulentas y, a raíz de que las condiciones crediticias mundiales son cada vez más restrictivas, uno de cada cuatro de estos países ha perdido acceso a los mercados internacionales de deuda.
“La economía mundial se encuentra en una situación precaria”, afirmó Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial. “Excepto en Asia oriental y meridional, estamos muy lejos de alcanzar el dinamismo necesario para poner fin a la pobreza, contrarrestar el cambio climático y reponer el capital humano.
Asimismo, advirtió de que, en 2023, el ritmo de crecimiento del comercio descenderá a menos de un tercio del que se registraba en los años anteriores a la pandemia, mientras que en los mercados emergentes y economías en desarrollo, la presión de la deuda está aumentando debido al aumento de las tasas de interés.
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