LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 6 (EUROPA PRESS)
El obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos Pérez, ha invitado en una carta pastoral sobre la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) en relación a la ley del aborto a “repensar”, al tiempo que ha reivindicado la defensa de los valores éticos.
El obispo apunta que, en relación a la legalidad y moralidad del derecho al aborto, es importante “defender los valores éticos fundamentales que la sociedad necesita para sobrevivir” y, matiza, “están por encima del consenso, lo que impide que la mayoría convierta lo malo en bueno”.
Señala que esta reflexión está presentada “desde la convicción de que la Iglesia, aunque su misión específica no sea la acción política, sí tiene una responsabilidad política que cumplir y un deber de enseñar al pueblo de Dios e invitarle a la reflexión crítica”.
De este modo, Mazuelos muestra “su discrepancia e invita a repensar algunas de las afirmaciones de la sentencia del TC que ponen en evidencia un cierto vacío filosófico y metafísico” en relación, por ejemplo cita, “del feto como ser humano o la desigualdad social que supone la ampliación legal para el aborto a discapacitados”.
Añade que junto a argumentos filosóficos y teológicos que “defienden la inviolabilidad y sacralidad” de la vida humana, se atiende a la “experiencia de numerosas mujeres que han vivido la experiencia traumática de haber recurrido al aborto como posible solución a sus problemas y que les ha dejado secuelas”.
Admite que desde la Iglesia se requiere una “mayor atención a la mujer y sus necesidades para ofrecerle un acompañamiento y la ayuda necesaria para que no” encuentre en el aborto la “única” solución a sus problemas.
Finalmente, cita algunas aportaciones del Papa Francisco sobre el derecho a la vida como una “cuestión de humanidad más que una cuestión de fe”, apuntando que la “fe en un Dios Encarnado lleva a afirmar la dignidad de toda vida humana y la estructuración de una sociedad edificada sobre el principio de la solidaridad, donde el hombre no sólo puede vivir la verdad de su libertad determinada y abierta a la trascendencia plena, sino también vivir con la tranquilidad de que no va a ser despreciado o eliminado por los que opinan que son infinitos”.
Concluye, con palabras que Benedicto XVI dijo a científicos y expertos, la necesidad de “cultivar una actitud de asombro y respeto ante el misterio del origen” de la vida humana, cuyo “significado la ciencia será capaz de iluminar cada vez más, aunque difícilmente logre descifrarlo completamente”.
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