VALÈNCIA, 5 (EUROPA PRESS)
El expresidente de la Diputación y del PP de la provincia de Valencia Alfonso Rus ha utilizado su última palabra en el juicio que se sigue contra él y otras seis personas más por la pieza del ‘Call center’ del caso Imelsa y ha calificado de “vergüenza” su acusación. Así mismo, ha advertido: “Hubo un contubernio entre el fiscal, que entonces era Vicente Torres, y la entonces diputada de EU Rosa Pérez –todavía consellera– contra mí y montaron esta historia. Con ella se prometió presuntamente a Torres que se elevaría al estrellato”.
Actualmente Vicente Torres es masgistrado en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), un cargo que ocupa desde el año 2019, tras ser propuesto por el gobierno del Botànic. “Aquí es un problema de que en ese momento al señor se le gratificó bien y en este momento, Pablo Ponce –fiscal del caso– está ahí y está ahí”, ha señalado.
Rus, para quien el ministerio pública reclama ocho años de prisión en esta pieza, ha defendido que lo “único” que ha visto en este juicio, que ha quedado visto para sentencia, “es que se ha divagado y se ha intentado ir contra mí. Y lo han logrado”, ha lamentado.
“Hubo un contubernio entre el fiscal Torres y la diputada Rosa Pérez y montaron esta historia. Se le prometió presuntamente a Torres que se le elevaría al estrellato”, ha lamentado. “Esto fue en 2014 y en 2015 había elecciones. Empezaron a tirar basura contra mí a los medios de comunicación cuando había secreto de sumario para que el PP y Rus se fueran a su casa. Y lo lograron”.
“A mí se me imputó en 2016 y desde el año 2014 están las cintas del suegro –en referencia a las grabaciones que originaron el procedimiento–, del yerno, y se fue metiendo porquería para las elecciones. Metieron a Rita Barberá, a Paco Camps, a Eduardo Zaplana y a Alfonso Rus. Rita falleció; Paco tuvo que decir ‘aquí no hay nada’; a Eduardo le metieron un papel en el despacho de un abogado; y Rus no ha oído ni una prueba contra él”, ha criticado.
Y ha agregado en este sentido: “Lanzaron que tenía historias y empresas en Brasil. Y no he estado en Brasil ni tengo empresas allí ni cuentas corriente”, ha aseverado.
Antes de entrar en política, ha agregado, tenía sus empresas y a 300 empleados, “y lo digo porque aquí parece que vengamos de la sierra”, ha ironizado. “Llevo trabajando desde los 14 años y era millonario”, ha resaltado.
“Esto es una vergüenza. No he visto en mi vida que nadie pueda acusar a alguno sin pruebas. Y aquí, en este juicio, no hay”, ha dicho. “Solo voy a decir que no es que sea honrado. Es que he sido honrado siempre. Llevo trabajando desde los 14 años y mis padres me lo han enseñado. Llevo ocho años esperando. No tengo ni odio. Lo que sí tengo es incomprensión de lo que es un juicio sin aportar una prueba. Ha venido aquí el fiscal, tras ocho años, y se van tan tranquilos. ¿Está enfermo? ¡Que se cure! Yo aún no me he curado y no me curaré hasta que los culpables de mi denuncia, lo paguen”, ha concluido.
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