LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 5 (EUROPA PRESS)
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha acogido este lunes, 5 de junio, la segunda sesión del juicio oral por la muerte de Romina Celeste en la isla de Lanzarote a manos presuntamente de su pareja a finales de 2018, siendo el turno en este caso para escuchar la declaración de los investigadores y testigos.
En esta sesión, los investigadores de la Guardia Civil que llevaron el caso han expuesto que el 10 de enero de 2019, cuando estuvieron en la vivienda donde el acusado y Romina vivían, el contraste de limpieza entre el interior de la casa y el patio marcaron la hipótesis del homicidio.
Señala, el jefe de la investigación, que a las 21.30 horas del 10 de enero de 2019 agentes de la Guardia Civil entraron en la vivienda “y no cuadra cómo está la casa con cómo está de limpio por ejemplo el patio”, entre otras cuestiones.
“A partir de ahí dijimos vamos a precintar la casa y veremos qué pasa”, subraya para admitir que es entonces cuando “toma con fuerza” que el acusado puede estar implicado en la desaparición de la joven paraguaya.
Hasta llegar a este punto, y ante la primera denuncia que interpone el acusado, se habían barajado tres hipótesis sobre la desaparición de Romina: que pudiera haber sido accidental, es decir, cuando no intervienen terceras personas, un accidente; voluntaria, que es cuando alguien decide marcharse y en concreto la denuncia del acusado se centraba en este hecho; y la forzosa, que “es la grave”, apostilló.
Tras todas las gestiones que se fueron haciendo, y que ha puntualizado fue “muy trabajoso” porque esto “no” es como la serie del CSI, se van indagando en cada una de las hipótesis pidiendo batidas, mirando puertos, aeropuertos, comisarías por si hubiera alguna detección, y se recogen muestras biológicas del domicilio.
Especifica que estas muestras biológicas que se recogieron de la vivienda fueron un cepillo de dientes, una funda de almohada y una maquinilla de depilación, todo de Romina, y es cuando se precinta la casa.
Añade que también tenían conocimiento de que en agosto de 2018 se había activado el Viogen –la alerta por violencia de género–.
El momento exacto en el que murió Romina no está determinado pero sí matizó uno de los agentes que el último mensaje que envió la joven fue a su madre el 31 de diciembre a las 15.47 horas. Sin embargo, días después su teléfono móvil sería empleado presuntamente por el acusado haciéndose pasar por ella.
De todos modos, la detención del principal acusado y hasta ese momento pareja de Romina se produce después de una llamada telefónica tras haber activado la Guardia Civil el control de actividades sobre el acusado e instalarle balizas en los vehículos.
Esto hizo que el 13 de enero de 2019 en una llamada entre el acusado y un primo suyo, que es inspector de la Policía Nacional, le indique que el 1 de enero al llegar a su casa se encontró a Romina muerta y ante el susto decide quemarla, hechos por los que su primo le aconseja que se persone ante la Guardia Civil.
El jefe de la investigación admite que son muchas las “incongruencias” en las que incurre el acusado y destaca que en la inspección ocular en casa de Romina –que subraya llevaron a cabo los mismos agentes que hicieron la de Diana Quer, entre otros– encontraron evidencias de sangre en el baño de arrastrar un cuerpo.
En total se encontraron “unos 13 rastros de sangre de Romina”, apuntando que son “datos minúsculos pero era sangre de Romina sin duda”, a lo que indicó que también se encontró sangre en un edredón y en el patio –donde la quema en la barbacoa–.
Cuestionado por el episodio previo a la muerte de Romina, el 29 de diciembre de 2018, el agente expone que según la investigación la joven fue al hospital y al llegar le dice a la enfermera que está allí porque su marido le había pegado pero mientras está en la sala de espera, antes de ser atendida por un médico, él va a por ella y salen los dos del hospital, siendo el alta definido como “por fuga”.
Estos hechos, apuntan, se intentaron acreditar con las cámaras del hospital pero “la mitad estaban sucias y no se veían y la otra mitad no funcionaban”.
EL CUERPO DE ROMINA
En cuanto al cuerpo de la joven del que se encontró un pulmón, el jefe de la investigación ha dicho que “es probable que se deshiciera de parte de ella en Los Ancones”, si bien ha negado que dos parrillas, que no se han encontrado, se echaran en este lugar, ya que los GEAS hicieron varias inmersiones, el mar estaba “en muy buenas condiciones”, e incluso dejaron una bujía que con el paso de los días se mantuvo en el mismo lugar, por lo que considera que de haberse tirado a esta zona, se hubiera quedado anclada.
Será el 15 de enero cuando un socorrista informa de que el 5 de enero se había encontrado una cosa en la playa y la había tirado en unos escombros, pudiendo encontrar el “resto de pulmón” tras diez días “porque hasta ese momento no se había encontrado ninguna parte del cuerpo de la joven” y es entonces cuando sale el ADN de Romina.
DENUNCIA TRAS LA INSISTENCIA DE LA FAMILIA Y AMIGOS
La denuncia que el acusado de la muerte de Romina interpuso por su desaparición se produce, según la declaración del mismo a la Guardia Civil y de los testigos, tras la insistencia de la familia de la joven y de una pareja de amigos que tenía.
El jefe de la investigación deja entrever el carácter del acusado apuntando que las primeras palabras que escuchó de él sobre Romina, que llegó a ejercer la prostitución, es que estaba con ella para liarse “gratis”.
Al tiempo que, señala, el acusado admitió que la denuncia la interponía porque la familia de Romina le insistía.
En este sentido, la amiga de Romina, que fue testigo de su boda con el acusado en agosto de 2018, ha reconocido que la joven se quedó en su casa en varias ocasiones, así como que el día 29 de diciembre fue a su casa y les enseñó a ella y a su pareja las heridas que presuntamente el acusado le había hecho.
Asimismo definió al acusado como una persona que “no era agresiva”, incluso ni cuando consumía, reprochándole que “mintió tanto” porque cuando Romina desapareció, ella y su pareja fueron a la casa de la joven para decirle al acusado que denunciara, y asegura que le empezó a hablar “mal de ella”.
La pareja de la amiga de Romina, por su parte, ha admitido que el tiempo que la joven estuvo en su casa viviendo “estaba anulada en todos los sentidos”.
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