LOS MOLARES (SEVILLA), 5 (EUROPA PRESS)
El Ayuntamiento de Los Molares (Sevilla) ha adjudicado por 122.467 euros el contrato para cubrir el dolmen de Cañada Real, con una antigüedad que se remonta al periodo comprendido entre los años 3810 y 3630 a. de C. y descubierto en 1968 con motivo de la construcción de unas viviendas en el solar donde se encuentra. Tras su descubrimiento, el historiador y arqueólogo de la Universidad de Sevilla Juan de Mata Carriazo fue el encargado de las excavaciones que desvelaron la singularidad de la planta de este dolmen, una construcción de galería y “corredor acodado” con forma de ele y con un trazado principal de ocho metros de longitud y uno secundario de 3,5 metros.
Según la información publicada en la plataforma de contratación consultada por Europa Press, la empresa Utremultigestión SL será la encargada de cubrir este dolme en un plazo de tiempo de 118 días. El proyecto cuenta con fondos procedentes del Plan Contigo aprobado por la Diputación de Sevilla. La Comisión de Patrimonio de Sevilla reclamó en octubre de 2022 el proyecto completo de esta intervención para “calibrar de manera adecuada la incidencia” de esta medida sobre el megalito.
En el verano de 1980, tras unas tareas de remoción de tierras en la finca El Palomar, a tan sólo 100 metros del dolmen de Cañada Real, fue descubierto además otro dolmen bautizado con el nombre de la citada parcela y en peor estado de conservación que el primero, al haber perdido toda su cubierta y parte de los ortostatos laterales.
Se trata de otra construcción megalítica de “corredor acodado” al igual que el dolmen de Cañada Real, coincidiendo ambos enclaves en su orientación hacia el este y siendo determinada para los mismos una cronología datada entre los años 3810 y 3630 previos a la era actual, según pruebas de Carbono 14 practicadas a los restos óseos asociados a estos monumentos prehistóricos.
A finales de 2021, la Consejería de Cultura adjudicaba a Pablo José Ramírez Moreno, doctor en Prehistoria y Arqueología por la Universidad de Sevilla, arqueólogo profesional y especialista en el arte rupestre prehistórico, un contrato destinado a una actividad arqueológica preventiva en el dolmen de Cañada Real con estudios de documentación gráfica y un estudio geofísico de dicho monumento megalítico.
“La excavación arqueológica del dolmen neolítico de Cañada Real es un proyecto científico de gran interés para conocer a las primeras comunidades neolíticas que se asentaron en el territorio de la campiña sevillana en el IV milenio antes de Cristo, sus relaciones sociales, ideológicas e históricas”, indicaba la memoria técnica del proyecto, destacando “la importancia de este megalito por su antigüedad, al ser uno de los más arcaicos de Andalucía Occidental”.
“La rareza de su tipología constructiva en forma de ele es algo casi inusual en el megalitismo de la Península Ibérica”, precisaban los autores de este documento técnico. Tras las obras de cubrición y protección del megalito, el dolmen de Cañada Real “necesita en un futuro próximo, una restauración integral del mismo para ponerlo en valor, puesto que presenta una serie de deficiencias patológicas que deben de ser solucionadas para que el interior del megalito sea visitable”, se recoge en el proyecto elaborado para la cubrición, firmado por el estudio Sánchez Molero. Arquitectura. Interiorismo.
Las tareas principales de conservación y restauración del dolmen consistirían, continúa dicho proyecto, en la realización de una limpieza para eliminación del alquitrán y la consolidación de la solera del corredor devolviendo a su cota original, así como la restitución a su posición original de los ortostatos caídos. Se sugiere la aplicación de biocidas a toda la estructura para la prevención de la aparición de hongos, líquenes y otras malas hierbas.
El espacio expositivo del dolmen estará compuesto principalmente por cartelería y alguna maqueta. Estará ubicado en la zona de acceso de la entrada del mismo y en los laterales. Los paneles informativos estarían dedicados a la historia del descubrimiento, su puesta en valor, su peculiar arquitectura con una planta en forma de ele y una referencia especial a su pintura megalítica con el Arte Esquemático del Holoceno.
Con esto, el megalito será “totalmente visitable” y se convertiría “en la segunda infraestructura turística de la población molareña, un espacio social turístico dedicado a la cultura, a la investigación y al origen de la arquitectura en Europa occidental, dada la gran antigüedad de los megalitos de la necrópolis megalítica de Los Molares, datados en casi 6000 años”.
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