BRUSELAS, 30 (EUROPA PRESS)
La Comisión Europea ha evitado este martes comentar la convocatoria anticipada de elecciones para el el 23 de julio y se ha limitado a señalar que espera que a pesar del contexto político en el país, España ejerza su papel como Presidencia rotatoria de la Unión Europea en el segundo semestre y que el procedimiento legislativo siga su curso normal.
En rueda de prensa desde la capital europea, el portavoz principal del Ejecutivo comunitario, Eric Mamer, ha subrayado que la convocatoria electoral adelantada es una decisión “enteramente” en manos de las autoridades españolas y ha recalcado que la Comisión está en contacto con Madrid para garantizar que la presidencia semestral de la UE sigue con normalidad.
“Hay importantes dossieres legislativos en discusión y estaremos en contacto con las autoridades españolas para que sea cual sea el contexto político en España, los procedimientos legislativos europeos sigan su curso normal”, ha señalado.
En todo caso, Mamer ha valorado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya señalado que España “jugará su papel” como presidencia temporal de la UE desde principios de julio.
España asumirá la Presidencia del Consejo de la UE el 1 de julio, tan solo unos días antes del arranque de la campaña electoral de los comicios del 23 de julio y con eventos como la cumbre de líderes de la UE y Latinoamérica que se celebra los días 17 y 18 de julio en Bruselas en plena campaña electoral.
En la capital europea asumen que el adelanto electoral en España sí que tiene un impacto en la presidencia semestral y que Bruselas estará atenta para garantizar avances en los temas legislativos previstos para la segunda mitad de 2023.
En este sentido, la repercusión europea de las elecciones dependerá de la claridad del resultado electoral, ante el escenario de que España pueda tener durante toda su Presidencia un gobierno en funciones.
Las fuentes diplomáticas apuntan que en todo caso la presidencia rotatoria de la UE ejerce un papel de mediación entre los Veintisiete en los debates europeos y no se defienden las posiciones nacionales, por lo que minimizan los efectos en el escenario comunitario.
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