Señala una “dinámica de asientos contables” que reflejasen una devolución pero sin “documentación” ni ingresos que lo prueben
SEVILLA, 30 (EUROPA PRESS)
La Audiencia de Sevilla ha continuado este martes el juicio con jurado popular promovido contra el exdirector de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) Fernando Villén y la ex directora económica financiera de la entidad Ana Valls, por los pagos en clubes de alterne con tarjetas bancarias de la citada entidad pública, perteneciente a la Junta de Andalucía.
Durante esta segunda sesión ha testificado un agente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Policía Judicial de la Guardia Civil encargado de la investigación, precisamente después de que en la primera jornada Fernando Villén reconociese que había usado su tarjeta de empresa de la Faffe para pagar gastos en prostíbulos, precisando que aquello ocurrió en “diez ocasiones” de los “más de 2.700 días” que estuvo al frente de la Faffe.
Villén, en su comparecencia como acusado el primer día del juicio, defendía no obstante que en todo momento supo que por todos aquellos usos “indebidos” de la tarjeta para gastos “injustificables” en próstíbulos, “tenía que devolver” el dinero a la Faffe, extremo que según sus palabras hizo “siempre”, con la “reposición del gasto” de la tarjeta aportando su propio dinero para ello, según sus palabras.
La exdirectora financiera de la entidad, Ana Valls, ha manifestado de su lado que antes de que estas prácticas trascendiesen a los medios de comunicación, no sabía “nada” de tales gastos, asegurando que sintió “un gran bochorno” al igual que el resto de la plantilla de la Faffe.
La acusada ha explicado, en ese sentido, que Fernando Villén tenía la “obligación de compensar” con su dinero los cargos de índole personal que hiciese a la tarjeta de empresa de la Faffe “y así lo hizo en todas las ocasiones”, alegando que su “trabajo” consistía en asegurarse de que Villén formalizase las “devoluciones” de gastos personales cargados a la tarjeta de empresa y que las cuentas de la misma fuesen “acordes” a la contabilidad de la entidad pública.
Así, Ana Valls concluía que ella trabajaba como “una técnica” ante su jefe y que como tal tenía “límites” de actuación, argumentando que “no tenía necesidad de encubrir” estas prácticas ni ha sacado “ningún provecho” del asunto.
LOS PAGOS EN LOS PROSTÍBULOS
Al respecto, y a preguntas del fiscal Fernando Soto, delegado en Sevilla de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, este investigador de la UCO de la Guardia Civil ha constatado que las pesquisas de su equipo pusieron de manifiesto que Fernando Villén cargó 32.566 euros de gastos en prostíbulos en su tarjeta de empresa de la Faffe, 14.737 de ellos la noche del 22 al 23 de marzo de 2010 en 15 pagos consecutivos en el club Don Ángelo de Sevilla capital.
Al respecto, frente a las “devoluciones” de tales cuantías que esgrimen Fernando Villén y Ana Valls, este agente ha explicado que si bien por ejemplo en las cuentas de la entidad figura un pago de 2.591 euros por parte de Fernando Villén por gastos con la tarjeta de la Faffe en el prostíbulo Top Show Girls o 1.390 euros también supuestamente ingresados por Villén por sus gastos cargados a la Faffe en la Sala Deluxe, lo cierto es que en las cajas de la entidad “no aparece” el dinero que Villén alega haber ingresado por estos gastos.
Las “devoluciones” de estos dos casos mencionadas por Villén y Ana Valls, según este agente, figuran “en la contabilidad” de la Faffe pero no en las cuentas bancarias de la entidad.
Ha mencionado otro gasto de 780 euros en el prostíbulo La Casita, porque en este caso en las cuentas queda reflejado “el gasto” del dinero con la tarjeta de la Faffe, pero “no la devolución” del dinero “ni” en la contabilidad.
LA “DINÁMICA” DE VILLÉN Y ANA VALLS
Así, ha explicado que “la dinámica” usada por los acusados consistía en afrontar los mencionados gastos con la tarjeta de la Faffe en próstíbulos generando “asientos contables” que reflejasen una devolución, sin que pese “documentación” que respalde de manera fehaciente dicha devolución. Es decir que no figuran “ni facturas, ni un ‘recibí’ ni nada similar”, extremo que ha extendido este agente a otra cuantía de 900 euros imputada a la tarjeta de la Faffe por un supuesto viaje de trabajo del que no constan “facturas de taxi, comida ni nada que respalde” la auténtica realidad del gasto.
Este responsable de la UCO ha destacado así que esta “dinámica” se traducía en “asientos contables que carecen de respaldo” documental que pruebe una verdadera “devolución” del dinero gastado por Villén con cargo a su tarjeta de la Faffe.
El fiscal Fernando Soto le ha preguntado especialmente por 14.737 euros cargados a la mencionada tarjeta la noche del 22 al 23 de marzo de 2010 con 15 pagos diferenciados en el local Don Àngelo, extremo tras el cual Fernando Villén entregó una suma similar en efectivo a su chófer oficial de la Faffe para que este pagase al responsable del club de alterne Don Ángelo de Sevilla capital, a cuenta de una incidencia con la tarjeta.
LA NOCHE DEL DON ÁNGELO
El agente de la UCO ha explicado que la investigación ha revelado que los 15 pagos fueron cobrados desde “el mismo datáfono” y que con el mismo dispositivo fueron acometidas después 15 devoluciones correspondientes a tales operaciones, extremo que “no figura en la contabilidad” de la Faffe.
Ha precisado que “el mismo día” en el que el chófer oficial de Villén entregó “un sobre” con 14.737 euros al responsable del club de alterne Don Ángelo de Sevilla capital, a cuenta de los gastos de aquella noche, Ana Valls cobró “en metálico” dos cheques por valor de 6.300 euros de las cuentas de la Faffe sin que ello quedase “reflejado” en la contabilidad, manifestando así sus sospechas de que dicho dinero en efectivo de la Faffe fuese usado “para paliar el gasto” de los 14.737 euros, que supuso una incidencia porque en principio la tarjeta de Fernando Villén habría contado con un límite inicial de 3.000 euros de gasto al día.
Según el mencionado agente de la UCO de la Guardia Civil, toda aquella operación fue orquestada siempre con el “ánimo de ocultar” los pagos con la tarjeta de la Faffe en prostíbulos.
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