MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, no nombró al líder de Vox, Santiago Abascal, en ningún momento de la campaña para las elecciones municipales y autonómicas de este 28 de mayo, mientras que este le puso en la diana de sus críticas en todos sus actos.
Feijóo dejó transcurrir los primeros nueve días de campaña sin mencionar en ningún momento a Vox, aunque sí se dirigió implícitamente a sus votantes con sus llamamientos continuados al voto útil. En Zaragoza, el primer domingo de campaña, quiso avisar de que resulta “cosa rara” apoyar a otro partido para que al final gobierne el PP.
Sin embargo, el líder de la oposición aguardó al acto central de la campaña en una abarrotada Plaza de Toros de Valencia para mentar directamente a Vox. Fue en la décima jornada de la campaña cuando ya sí lanzó un mensaje expreso a estos votantes y pronunció por primera vez en campaña el nombre del partido de Abascal, pero no el de su líder.
En la Comunidad Valenciana, uno de los enclaves de mayor simbolismo en esta campaña por las lecturas que se hacen a nivel nacional, Feijóo apeló de forma concreta a los “votantes de Vox que desean gobiernos fuertes y comprometidos con nuestro país”.
Tras ello, el presidente del PP volvió a mencionar directamente a este partido por segunda y última vez en campaña en el mitin de cierre en Madrid. “Con todo el respeto”, se dirigió “a los votantes que votaban al PP y durante algún tiempo nos dejaron y votaron a Vox”. No obstante, en ningún caso habló de Abascal.
Eso sí, el emplazamiento para concentrar esfuerzos contra el “sanchismo” siguió como telón de fondo en todos los mítines de Feijóo. Avisó en los sucesivos días de que “no hay atajos” para que gobierne el PP, además de pedir mayorías amplias para evitar el “secuestro” de las minorías y forjar gobiernos “estables” que “solo” dependan de las urnas y “no de los despachos”.
Ante las continuas críticas del presidente de Vox al líder del PP en sus actos electorales, fuentes populares consultadas por Servimedia resumieron la situación diciendo que “Abascal tiene que marcar a Feijóo, pero Feijóo marca a Sánchez”.
VOX
Por su parte, Abascal aprovechó todos sus actos de campaña electoral para afear la propuesta de Feijóo de que gobierne la lista más votada. En este sentido, le acusó de “abandonar” a los ciudadanos al “renunciar” a que el PP gobierne un territorio pese a contar con una mayoría gracias al apoyo de Vox.
Otra de las críticas que propinó al PP durante sus actos es que este partido solo quiere un “relevo” en el Ejecutivo de España y que está esperando que “le toque” el turno para gobernar. A su juicio, a los populares solo les interesa que dónde está ahora “el culo de Sánchez” se siente “el culo de Feijóo”.
Estos fueron dos de los temas más repetidos en sus mítines, pero también aprovechó su acto en Albacete para afear a Feijóo que pidiera a los votantes de Vox, Ciudadanos y PSOE concentrar su voto en el PP para echar a Sánchez. En este sentido, Abascal instó a los populares a “dejarse ya de tontadas de voto útil” porque “no engañan a nadie ya”.
También desde Castilla-La Mancha deploró que el candidato del PP a la reelección en la Región de Murcia, Fernando López Miras, dijera que iba a gobernar en solitario. Sobre este tema, Abascal señaló que los populares son “un poco chulos” y que “venden la piel del oso antes de cazarla” con la gobernabilidad.
Además, en su penúltimo acto, que celebró en Sevilla, Abascal se mostró “muy preocupado” por la “soberbia” del PP con Vox y reprochó a Feijóo que haya ofrecido un “pacto” a los socialistas para “no pactar con Vox”. También afeó la “falta de gratitud” de los populares pese a haber conseguido echar de Andalucía a los socialistas después de 40 años de “corrupción”.
SUMA
Pese a las diferencias y estrategias contrapuestas −tan solo coincidentes a la hora de arremeter contra Sánchez, sus pactos y su forma de gobernar−, la suma de PP y Vox se antoja necesaria para desbancar a la izquierda del poder en comunidades como Comunidad Valenciana, La Rioja, Aragón, Castilla-La Mancha, y Extremadura.
Asimismo, Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid podría verse en la tesitura de depender otra vez del apoyo de Vox si no logra una mayoría absoluta que en el PP ven viable. Igualmente, Fernando López Miras en la Región de Murcia podría enfrentarse en este escenario para seguir en el poder.
Ambos tendrían que lidiar, si no logran la mayoría suficiente, con el aviso de Vox de que no entregará “un cheque en blanco” tras los comicios. Además, la suma entre estos dos partidos también podría ser decisiva a la hora de gobernar en Ceuta y en Melilla.
Esta aritmética podría llevar a eventuales acuerdos del PP y Vox para conformar gobiernos como el que ya existe en Castilla y León, el primero de coalición entre ambas fuerzas políticas, a pactos para asegurar un apoyo externo o a que una abstención de los de Abascal posibilite el poder al PP en la investidura.
En todo caso, en los territorios del PP quieren esquivar un gobierno como el de Alfonso Fernández Mañueco y se enfocan a este último escenario, pues piensan que si se suma más que la izquierda y la distancia entre PP y Vox es “significativa”, este último partido no tendrá excusa para frustrar un cambio porque sus electores no podrían llegar a entender que “se regale” el poder a la izquierda.
Diferente opción sería si la distancia entre PP y Vox es más estrecha y este último partido logra una importante representación. En este caso, en los territorios del PP asumen que el escenario tras el 28 de mayo será mucho más complejo y distintos cargos consultados hablan de “digerir” posibles pactos.
En esta tesitura, Abascal ya adelantó que las negociaciones que se produzcan después del 28-M tendrán que ver con la fuerza que consiga Vox en los distintos territorios, pero ya aseguró que si el resultado que consiga es “equiparable” al de Castilla y León pedirá formar parte de los futuros gobiernos.
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