ROMA, 24 (EUROPA PRESS)
El Papa ha mostrado su cercanía a los sacerdotes y fieles católicos que “sufren” en China, al tiempo que ha pedido “libertad” para la evangelización, al concluir la audiencia general de este miércoles.
“Invito a todos a elevar oraciones a Dios, para que la buena noticia de Cristo crucificado y resucitado sea anunciada en su plenitud, belleza y libertad, dando fruto para el bien de la Iglesia católica y de toda la sociedad china”, ha instado Francisco durante la catequesis al recordar la Jornada Mundial de Oración por la Iglesia católica en China, que coincide con la fiesta de María Auxiliadora, venerada en el santuario de Sheshan, en Shanghai.
A mediados de octubre, China y el Vaticano prorrogaron por otros dos años el acuerdo rubricado en 2018 para el nombramiento de obispos de mutuo acuerdo. Un pacto tildado de histórico que trata de encauzar los lazos entre la República Popular y la Santa Sede, rotos en 1951 después de que Pekín ordenara la expulsión del Nuncio vaticano y de los misioneros católicos, pero cuyo recorrido está plagado de socavones.
De hecho, solo un mes después de su renovación, las autoridades chinas incumplieron el convenio al nombrar a monseñor Giovanni Peng Weizhao como obispo de Yujiang, en la provincia de Jiangxi, una diócesis no reconocida por la Santa Sede. El Vaticano expresó su “sorpresa y pesar” a través de un comunicado en el que también destacó la falta de respeto al “espíritu de diálogo” recíproco. Fue la primera vez que la Santa Sede señaló públicamente a Pekín.
Poco después Shen Bin, jefe del Consejo Episcopal Chino, fue designado de forma unilateral por China como nuevo obispo de Shanghai, una sede diocesana que estaba vacante desde 2014, tras el fallecimiento del obispo de la iglesia considerada clandestina, Joseph Fan Zhongliang.
Además, obispo Ma Daqin, reconocido tanto por el Vaticano como por el gobierno, acabó condenado a arresto domiciliario en el seminario de Sheshan por atreverse a dimitir de la Asociación Patriótica Comunista China, un órgano fiel al régimen que rechaza la autoridad de la Santa Sede.
Así, el Papa, que ha dedicado la catequesis de la audiencia de hoy a la figura del mártir y primer sacerdote coreano San Andrés Kim Tae-gon, ha mostrado su “cercanía” a los hermanos y hermanas de China, “compartiendo sus alegrías y sus esperanzas”. “Un pensamiento especial a todos los que sufren, pastores y fieles, para que en la comunión y solidaridad de la Iglesia universal experimenten consuelo y aliento”, ha añadido.
LA PRIMERA EVANGELIZACIÓN EN COREA LA HICIERON LOS LAICOS
Francisco ha destacado que “la evangelización de Corea la hicieron los laicos”. “Fueron los laicos bautizados los que transmitieron la fe, no hubo sacerdotes, porque no la tenían. Llegaron más tarde. La primera evangelización la hicieron los laicos. ¿Seríamos capaces de algo así?”, se ha preguntado el Papa.
“Ser discípulo del Señor significa seguirlo, seguir su camino, y esto comporta dar la vida por el Evangelio”, ha dicho Francisco en la catequesis. Así, ha recordado la figura de San Andrés Kim y los demás fieles coreanos que han demostrado que “el testimonio del Evangelio dado en tiempos de persecución puede dar mucho fruto para la fe”.
“Hace unos 200 años, la tierra de Corea fue escenario de una durísima persecución de la fe cristiana”, ha señalado el Papa que ha dicho además que los cristianos fueron no solo perseguidos, sino también “aniquilados”. “Creer en Jesucristo, en la Corea de entonces, significaba estar dispuesto a dar testimonio hasta la muerte”, ha insistido.
Recordando la figura del primer sacerdote coreano, ha asegurado que “tuvo que encontrar la manera de acoger en secreto a sacerdotes misioneros venidos del extranjero”. “No era una tarea fácil, ya que el régimen de la época prohibía terminantemente la entrada en el territorio a todos los extranjeros”, ha asegurado.
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