MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, emplazó este viernes a las principales compañías tecnológicas propietarias de las redes sociales más utilizadas en España a “explotar” en “positivo” estas plataformas y “no para hacer el mal” con el fin de evitar las posibles consecuencias “graves y serias” de su uso compulsivo entre la población más joven.
Así lo señaló en declaraciones a los medios de comunicación después de ponerse en contacto con las “principales” empresas del sector para manifestarles su “preocupación” por las “consecuencias” que tiene sobre el conjunto de la población y, “muy especialmente, sobre los menores y las personas jóvenes” el uso “compulsivo” de este tipo de herramientas, convencido de que “no hablamos de un problema tecnológico”.
“Hablamos de un problema de diseño técnico de unas plataformas y de unas redes sociales que están diseñadas específicamente para retenernos en el uso de esa aplicación tanto tiempo como sea posible, utilizando para ello una tecnología como puede ser el uso de los algoritmos o la sucesión de vídeos atractivos para nuestro cerebro y que consiguen atraparnos”, apostilló, consciente de que esto es “especialmente grave” en el caso de los menores, cuyas habilidades, en desarrollo, quedan “neutralizadas” por su uso.
A este respecto, lamentó que se “exploten” las “vulnerabilidades que todos tenemos, especialmente los niños y adolescentes, para sacar un rendimiento económico”, consciente de que “existen soluciones técnicas que pueden hacer que este tipo de plataformas puedan explotar elementos muy positivos -de la tecnología- y mejorar la vida de las personas, especialmente también de los jóvenes”.
Garzón puntualizó que, pese a que se trata de un “fenómeno relativamente nuevo”, durante los últimos años se ha ido “acumulando evidencia científica” desde los campos de la psicología o la neurociencia que “abunda” en las consecuencias “serias y graves” y en el “perjuicio” que tiene el uso incontrolado de las redes “muy especialmente para la gente joven y para los menores”, y advirtió de que, en este sentido, es un fenómeno “muy similar” al de las conocidas como adicciones sin sustancia.
SOLUCIONES TÉCNICAS
“Porque conducen a una serie de problemáticas como pueden ser los cuadros de ansiedad, depresión, frustraciones, dificultad en la gestión emocional, caída del rendimiento académico”, añadió, para subrayar que dichas consecuencias se unen también a las “dificultades” que tienen las familias “a la hora de abordar este tipo de problemáticas”.
En este punto, se mostró convencido de que “todos los países vamos a tener que trabajar en este tipo de dinámicas, dado que existen soluciones y fórmulas técnicas” para poder “modificar” este tipo de “incentivos” que tiene el usuario de estas plataformas para “poder hacer un uso más satisfactorio de la tecnología y explotar lo que nos puede proporcionar adecuada y positivamente” la tecnología.
“No es casualidad que se haya puesto de relieve que muchos ingenieros que han diseñado este tipo de procedimientos y tecnologías impiden y prohíben a sus niños usar esta misma tecnología y les promueven otro tipo de educación, porque son conscientes de los costes que existen”, abundó, sabedor de que se trata de “un problema grave que va a seguir elevándose en el tiempo si no hacemos nada”.
En la misma línea, precisó que países y gobiernos tienen “la obligación de proteger y anteponer la salud de los menores y de la población” para abordar un “problema técnico que tiene soluciones técnicas”. “No es en absoluto complicado establecer nuevos diseños de estas plataformas que faciliten aprovechar las cosas buenas que tiene la tecnología evitando este tipo de procesos e incentivos hacia un uso compulsivo”, agregó.
Preguntado por la opción de prohibir redes sociales como TikTok, como ha hecho el Estado de Montana, en EEUU, el titular de Consumo señaló que el objetivo de su departamento “no es ni mucho menos prohibir absolutamente nada”, dado que la tecnología “nos proporciona muchas ventajas”, si bien “también puede ser explotada para hacer el mal”.
En este contexto, defendió que esta línea “es la que tenemos que explorar” y lo que España “quiere promover” durante la presidencia del Consejo de la UE, con la esperanza de que “pueda servir también de acicate” para que las propias tecnológicas, que, a su juicio, “son perfectamente conscientes de esta problemática”, tomen “cartas en el asunto” ante un “problema de un diseño técnico que explota nuestra vulnerabilidad”.
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