MÉRIDA, 19 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Provincial de Badajoz ha condenado a once años y tres meses de prisión a un hombre acusado de intentar cortarle las manos a su expareja tras negarse a retomar la relación con él. La mujer tras el grave ataque ha perdido parcialmente la funcionalidad en ambos brazos.
En concreto, la Sala le considera autor penalmente responsable de un delito de lesiones por inutilidad de un miembro principal, respecto al que concurren las circunstancias agravantes de parentesco y de actuación por razones de género y la circunstancia atenuante de confesión, y de un delito de quebrantamiento de medida cautelar, respecto al que concurre la circunstancia atenuante de confesión.
Por el delito de lesiones se le condena a diez años y seis meses de prisión y a la prohibición de acercarse a una distancia inferior a 500 metros de la víctima, su domicilio y lugar de trabajo, así como prohibición de comunicación con la misma, por cualquier medio, en ambos casos, durante dieciséis años.
Asimismo, por el delito de quebrantamiento de medida cautelar se le condena a nueve meses de prisión, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) en nota de prensa, en la que ha añadido que la Sala también le condena a indemnizar a la víctima en concepto de responsabilidad civil con 148.633,16 euros.
La sentencia establece como hechos probados que el 26 de diciembre de 2020 el agresor, a pesar de tener en vigor una orden de alejamiento sobre la víctima, irrumpió en su vivienda sobre las 23,10 horas tras golpear violentamente la puerta y conseguir derribarla.
El condenado se encaminó entonces al dormitorio, donde la mujer se había despertado por los fuertes ruidos, y en estado de gran agresividad, se dirigió a ella, la asió violentamente del pelo y la arrastró a la fuerza hasta la calle, exigiéndole que retomaran la relación.
En ese momento, el agresor, con el propósito de menoscabar su integridad física y como expresión de su “situación de dominio y subyugación” sobre ella, sirviéndose del cuchillo que portaba, procedió a asestarle múltiples cortes en ambas muñecas, llegando a perder la víctima el conocimiento ante la gravedad de las heridas infligidas.
La mujer tardó 425 días en recuperarse tras un tratamiento médico-quirúrgico de extrema complejidad y de una rehabilitación funcional específica durante un tiempo prolongado. Actualmente presenta secuelas, como la pérdida de funcionalidad parcial en ambos brazos.
La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.
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