ZARAGOZA, 18 (EUROPA PRESS)
La Diputación de Zaragoza ha comenzado la restauración de las pinturas alegóricas de su antiguo salón de plenos, unas escenas con las que el artista Manuel López Villaseñor, uno de los exponentes de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX, engalanó las paredes de la estancia. Los trabajos para restaurarlas tienen un presupuesto de 75.000 euros y está previsto que duren cuatro meses.
Estas pinturas sobre tela, creadas en los años cincuenta y sesenta, representan diferentes escenas como la entrada de Alfonso V en Nápoles o el matrimonio de los Reyes Católicos, y también otras que hacen referencia a situaciones del medio rural como la sequía. Aunque el estado de los lienzos era aceptable, presentaban diferentes alteraciones debido al polvo acumulado en la superficie y al destensado de la tela.
Los trabajos de restauración salieron a concurso y fueron adjudicados a la empresa Albarium S.L., la cual ya ha comenzado. “Las pinturas han llegado hasta la actualidad en un estado relativamente bueno pero había suciedad superficial en todos los lienzos. En décadas pasadas se fumaba mucho en estos espacios, lo que sumado al paso del tiempo crea una capa de suciedad importante”, ha explicado el jefe de la sección de Restauración de Bienes Muebles de la DPZ, José Ignacio Calvo Ruata.
Calvo Ruata ha explicado que “lo primero que se pretende es recuperar su color”. Algunos de los lienzos, como el de la cabecera, “tienen un tamaño descomunal y el tiempo ha producido cierto descolgamiento, por lo que se intentará recuperar su tersura original”, ha indicado.
Las pinturas alegóricas del antiguo salón de plenos de la DPZ han destacado por sus grandes dimensiones. Fueron encargadas cuando se construyó el actual palacio provincial al pintor manchego Manuel López Villaseñor, considerado uno de los maestros españoles del realismo de la segunda mitad del siglo XX, aunque el artista siguió una carrera solitaria lejos de las tendencias artísticas dominantes. Fueron pintadas en dos momentos diferentes, entre 1954 y 1955, las que se encuentran en la cabecera; y diez años más tarde, el fondo y las de laterales.
LAS ESCENAS
‘Entrada de Alfonso V en Nápoles’ es la pintura de la cabecera y está constituida por cuatro lienzos unidos. En ella el artista plasmó el momento en el que el rey efectuaba su importante entrada triunfal en Nápoles que, después de años de batallas, pasaba a engrosar los dominios aragoneses en el Mediterráneo.
Dos grandes lienzos y uno más pequeño forman el conjunto de pinturas del muro este, situado al final del salón. En este caso, Villaseñor aprovechó la existencia de la puerta en medio de la pared para representar dos escenas de carácter histórico con las que glosar la grandeza de España a través de los Reyes Católicos, símbolo de la unión de Aragón y Castilla, y la predicación de Santiago en Zaragoza. Uniendo ambos murales se encuentra una tercera pintura de pequeño tamaño situada encima de la puerta con los cuatro cuarteles del escudo de Aragón.
Diez años más tarde, en 1964 y 1965, Manuel López Villaseñor volvió a la DPZ para realizar cuatro murales en los laterales en los que quiso dedicar las pinturas al pueblo anónimo. Aunque cada uno de ellos es distinto, todos siguen un patrón común compuesto por un grupo de personajes dispuestos en primer plano ante un paisaje urbano o natural con un horizonte muy elevado que, al no dejar respirar a la composición, confiere una sensación de asfixia.
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