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Después de reabrirse, la frontera de Ceuta vio el paso de casi tres millones de personas en un año, una cifra inferior a la registrada en 2011, que fue cuatro veces mayor

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CEUTA, 17 (EUROPA PRESS)

La frontera del Tarajal entre Ceuta y Marruecos ha registrado el paso durante el primer año desde su reapertura, el 17 de mayo de 2022, de 2,84 millones de personas, más de cuatro veces menos que hace una década, según los datos acumulados por las Fuerzas de Seguridad del Estado con el nuevo modelo de gestión que exige a todos los ciudadanos del Reino alauita visado Schengen o contrato de trabajo como transfronterizos para acceder a la ciudad autónoma.

Según las cifras facilitadas por la Delegación del Gobierno en Ceuta a Europa Press, desde el 17 de mayo del año pasado hasta esta semana se ha registrado la entrada en la localidad española norteafricana de 1,44 millones de personas y la salida de 1,39 hacia el país vecino. El trasiego de vehículos se sitúa en un total de casi 785.000, 396.208 en dirección a territorio nacional y 388.140 hacia Marruecos.

Esas cifras implican que, de media, la frontera del Tarajal ha digerido cada 24 horas la entrada y salida de 8.000 personas y 2.100 vehículos tras su reapertura después de dos años y dos meses cerrada, primero por la declaración de la pandemia de la enfermedad del coronavirus y después por la crisis política entre España y el país vecino.

Ese volumen de movimientos queda muy lejos del que se registraba a principios de la década pasada. Según el Gobierno de Ceuta, en 2011 fueron 6,1 millones solamente los marroqui*es que accedieron a la ciudad y otros tantos los que atravesaron el paso en dirección contraria “convirtiendo la del Tarajal en una de las de mayor tránsito, en términos relativos, del mundo”.

“Todo ello provoca un intenso tráfico por la frontera cuyo número se ha estimado en una media diaria de 27.000 personas y 3.500 vehículos”, calculó la administración local para la Unión Europea.

La radical disminución del trasiego entre Ceuta y Marruecos se explica en parte por la eliminación de hecho de la excepcionalidad que en el Tratado de Schengen contempla la entrada en la ciudad autónoma de los ciudadanos del país vecino empadronados en la región de Tetuán solamente con su pasaporte en vigor y sin visado, que ha dejado de aplicarse.

Más allá de quienes accedía a territorio español para obtener ingresos en la economía sumergida, el número de trabajadores transfronterizos contratados en Ceuta ha caído de manera notable y solamente las empleadas de hogar marroquíes han pasado de ser más de 2.200 cotizando a la Seguridad Social en febrero de 2020 a menos de mil actualmente.

Las salidas puntuales de residentes en la localidad española al Reino alauita también se han visto reducidas por las largas esperas que desde hace años es habitual tener que soportar, sobre todo en la parte marroquí del Tarajal, para cruzar el paso en ambos sentidos.

La entrada en funcionamiento de una aduana comercial en la frontera de Ceuta prometida por el Gobierno español sigue pendiente tras la realización de dos “pruebas piloto” en enero y febrero con el cruce de dos furgonetas con productos sanitarios y lubricantes hacia territorio marroquí.


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