MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ha defendido este lunes su posición de “no alineamiento” en el conflicto desatado en Ucrania tras la ofensiva militar lanzada por Rusia y ha asegurado que esta equidistancia no “favorece” al país invasor, después de la polémica desatada en los últimos días por las acusaciones de Estados Unidos sobre un supuesto envío de armas desde Ciudad del Cabo.
La polémica se remonta a la semana pasada, cuando el embajador norteamericano, Reuben Brigety, dio por sentado que Sudáfrica había permitido la carga de armas en un barco ruso. Tras quejas públicas y contactos privados, el propio Brigety reafirmó la colaboración mutua y pasó página a los “malentendidos” derivados de sus declaraciones.
El Gobierno sudafricano ha negado cualquier connivencia con el envío de armamento hacia Rusia y, a falta de “pruebas concretas” que lo avalen, ha ordenado la apertura de una investigación independiente, como ha enfatizado este lunes en una carta pública el presidente, que ha insistido en la necesidad de trabajar en aras de una “resolución pacífica” del conflicto.
Ramaphosa ha subrayado que Sudáfrica desarrolla una política exterior “independiente”, que en el caso del conflicto ucraniano pasa por no tomar partido “en lo que es en realidad una disputa entre Rusia y Occidente”. “Ha habido una presión extraordinaria sobre nuestro país para abandonar su posición”, ha apuntado, sin señalar a nadie.
“Esto no significa que no tengamos una posición”, ha añadido, si bien Sudáfrica se limita a abogar por “un diálogo significativo” con el que avanzar hacia una “paz duradera”. En las últimas semanas, Ramaphosa ha hablado con sus homólogos de Rusia y de Ucrania, Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, respectivamente.
En su misiva, también ha confirmado que en agosto el país africano albergará una reunión de líderes de los BRICS –Brasil, India, China, Rusia y Sudáfrica–. A dicha cita está invitado Putin, sobre el que pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI) que, técnicamente, obligaría a las autoridades sudafricanas a detenerlo.
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