PALMA, 10 (EUROPA PRESS)
La red en alta de agua potable de Mallorca reduce las pérdidas al 1,75 por ciento, según han asegurado el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, y el director gerente de la Agencia Balear del Agua, Guillem Rosselló, quienes han visitado este miércoles el centro de control a distancia de la red en alta de agua potable de Mallorca, situado en Son Pacs (Palma).
Durante la visita, Mir ha felicitado a los responsables del mantenimiento de la red al haberse conseguido este año un nivel de fugas del 1,75%, un hito que técnicamente es “prácticamente inmejorable”.
Por su parte, Rosselló ha recordado que las pérdidas en la red en alta estaban alrededor del 6% al inicio de la legislatura y que, “gracias a las mejoras incorporadas en el último contrato de mantenimiento, se ha podido trabajar hasta reducirlas a la mitad”.
La red en alta de Mallorca está formada por unos 175 kilómetros de tuberías que permiten, actualmente, abastecer de agua potable a 14 municipios de la isla; una lista a la que se sumarán, próximamente, los municipios de Petra y Ariany, una vez que la Agencia ha recepcionado las obras de la conducción Maria de la Salut-Petra. “Ahora solo queda cerrar los convenios con los ayuntamientos para que los habitantes de esta localidad puedan beber agua del grifo”, ha declarado.
Mir ha remarcado “la importancia capital de esta red para garantizar el suministro de un recurso que, los próximos años, será cada vez más escaso”. La red en alta es alimentada por la producción de las tres desaladoras de Mallorca -Palma, Alcúdia y Andratx-, las captaciones de la Font de Sa Costera (Sóller) y los pozos de extracción de los acuíferos de s’Estremera y Sa Marineta (Llubí).
El conseller ha indicado que ya se está redactando el proyecto para conectar la desaladora de Palma a la red, lo que “permitirá desarrollar la interconexión de las tres desaladoras de la isla, siguiendo el modelo que implantamos en Eivissa y que ha permitido reducir en un 30% el consumo de agua subterránea en la isla”.
En este sentido, ha considerado que las desaladoras son “un recurso al que ahora no podemos renunciar pese a los efectos medioambientales que tienen por la situación de sobreexplotación en la que se encuentran muchos de los acuíferos del archipiélago”. No obstante, se ha posicionado en contra de que se construyan nuevas plantas y ha apostado “de manera rotunda” por una “optimización del recurso ya existente que pasa por mejorar las infraestructuras existentes, reducir el consumo y las pérdidas”.
Además, ha anunciado que esta semana la Dirección General de Recursos Hídricos ha convocado reuniones con los ayuntamientos del archipiélago para hacer un seguimiento de las medidas que están tomando ante el inicio de la temporada alta turística cuando se disparará el consumo de agua.
Así, ha señalado que, si bien los últimos datos muestran que las Baleares se encuentra en una situación ligeramente mejor que el año pasado, “sería irresponsable confiarse y no adoptar medidas de prevención que nos permitan afrontar con unas mínimas garantías la gran presión humana que está previsto que sufra el territorio los próximos meses”.
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