Insta a Alemania a facilitar el envío de cazas F-16 y niega cualquier negociación con Rusia condicionada a la cesión de territorios
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, ha insistido este miércoles una vez más en rebajar las expectativas respecto a la contraofensiva ucraniana, pues es probable que con ella no se consiga una victoria definitiva sobre las tropas rusas.
“No piensen en esta contraofensiva como la última, porque no sabemos qué saldrá de ella. Y si logramos liberar nuestros territorios con esta contraofensiva, entonces al final diremos que sí, que fue la última, pero si no, tenemos que prepararnos para la próxima”, ha dicho.
Durante una entrevista para el tabloide alemán ‘Bild’, el ministro de Exteriores ha abordado una amplia variedad de temas y ha insistido una vez más en demandar que las potencias aliadas suministren aviones de combate a las Fuerzas Armadas ucranianas.
De hecho, Kuleba ha echado la vista atrás para recordad la compleja situación en la que se encontró Alemania cuando Ucrania pidió el envío de carros de combate modelo Leopard, de fabricación alemana. En aquel entonces, Berlín tuvo que decidir si permitía que los países con estos tanques en propiedad pudiesen entregarlos a Ucrania.
“Alemania tiene suerte porque los (cazas) F-16 no son Leopard, no son tecnología alemana. Al contrario que en el caso de los Leopard, Alemania no es al que pulsa el botón verde, es Estados Unidos”, ha manifestado Kuleba, quien ha instado a Berlín a ayudar a que Washington “presione el botón verde” y permita el envío de cazas.
En esta línea, ha reconocido que los MiG de fabricación soviética y ya suministrados por Polonia y Eslovaquia “ayudan” pero “no resuelven el problema”. “No se trata de la cantidad de aviones, se trata de la calidad (…) y el F-16 es el mejor. Así que concentrémonos en el F-16”, ha manifestado.
Respecto al posible ingreso de Ucrania en la Alianza Atlántica, Kuleba ha aseverado que “la única manera” de garantizar la seguridad y prosperidad de Europa es que Ucrania forme parte del bloque. “La membresía de Ucrania en la OTAN no puede evitar esta guerra, pero evitará más guerras”, ha zanjado.
INTENTOS DE ASESINATO Y CONVERSACIONES CON PUTIN
Por otro lado, el ministro de Exteriores ucraniano ha reconocido que “en algunos lugares” a los que viaja opta por beber agua de botellas cerradas ante el temor de un posible envenenamiento, si bien considera no ser “un objetivo principal”, como sí lo es el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
De hecho, el expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dimitri Medvedev, ha empleado en anteriores ocasiones su canal oficial de Telegram para abogar por la “eliminación física” del presidente Zelenski.
“Medvedev debería beber menos vodka antes de usar Telegram. Esto es todo lo que puedo decir al respecto, no creo que valga la pena comentarlo”, ha manifestado el representante diplomático ucraniano al ser cuestionado por estas amenazas del expresidente ruso y aliado cercano de Putin.
Kuleba ha reconocido que las autoridades ucranianas toman “decisiones rápidas e inteligentes” para salvaguardar la vida de Zelenski ante estas amenazas. “Si los rusos pudieran matar al presidente Zelenski, definitivamente lo harían”, ha lamentado.
Finalmente, el ministro de Exteriores ucraniano ha recriminado al presidente Putin que, si de verdad quisiera la guerra, “no habría comenzado la guerra”, y ha aseverado que las conversaciones con Rusia “no son posibles”, más aún tras la anexión rusa de cuatro regiones ucranianas en septiembre del año pasado.
De hecho, Kuleba ha recordado que entre 2014 –cuando Rusia se anexionó Crimea– y 2022 –antes del estallido de la guerra–, Kiev había abogado por el diálogo con Moscú, marcado además por las recomendaciones de países como Alemania y Francia para que Ucrania “concediera” territorios.
“¿Aquello funcionó? No, estamos en la guerra más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, ha manifestado Kuleba, cortando de raíz así todo tipo de negociación con Moscú que esté condicionada a la cesión de territorios ocupados –como Crimea, Donetsk, Lugansk, Jersón o Zaporiyia– a Rusia.
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