MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El presidente de República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, ha criticado la existencia de una “cohabitación” entre la fuerza regional de la Comunidad Africana Oriental (EAC, según sus siglas en inglés) y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en zonas del este del país africano.
“En ciertas localidades se ha observado una cohabitación entre el contingente de la EAC y los terroristas del M23, algo que no estaba previsto en el programa (del despliegue de la fuerza regional)”, ha afirmado el mandatario.
Así, ha recalcado que “ciertos contingentes de la fuerza regional han dicho claramente tras su llegada que no están ahí para combatir al M23”, al tiempo que ha reclamado aclarar la situación y ha adelantado que estas tropas podrían retirarse de la zona durante el mes de junio.
Tshisekedi ha cargado además contra el dimitido comandante de la fuerza regional de la EAC, Jeff Nyagah, quien denunció “amenazas” en el marco de “una campaña mediática negativa bien orquestada y financiada” contra su persona, tal y como ha recogido el portal congoleño de noticias 7sur7.
En este sentido, el presidente congoleño ha recalcado que Nyagah dimitió “de forma espectacular” y “sorprendiendo a todos al hablar de amenazas”. “¿Por qué no compartió con nosotros esas amenazas?”, se ha preguntado, antes de criticar que Kenia haya nombrado “directamente” a otro comandante sin realizar “consultas” con Kinshasa.
Las tropas de la EAC –integradas por fuerzas de Uganda, Sudán del Sur, Burundi y Kenia– fueron desplegadas para intentar reducir las tensiones tras los combates entre el Ejército y el M23 en la provincia de Kivu Norte.
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que provocó una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto. Kigali ha acusado a Kinshasa de apoyar a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda.
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