MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
La Asociación Desperdicio Cero, Manos Unidas, Red Alimenta, Refood España, Asociación Región de Murcia Limpia, Fundación Residuo Cero, Fundación Social Fooding, Teachers for Future Spain, Too Good To Go, Fundación Vida Sostenible y World Vision han firmado un manifiesto en el que solicitan que los programas electorales contengan propuestas para hacer frente al desperdicio alimentario.
Esta petición se enmarca en la reciente aprobación del dictamen del Proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario en la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación y ante las próximas elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
Según recordaron las organizaciones en un comunicado, en la actualidad, se desperdicia un total de 7,7 millones de toneladas de alimentos anuales en España, lo que equivale a 250 kilos de alimentos al segundo. Esto ocurre mientras seis millones de personas sufren pobreza alimentaria en España por falta de recursos y más de 800 millones de personas pasan hambre en el mundo.
“Además, se trata de un problema medioambiental que conlleva un uso ineficiente de nuestros recursos en todo el territorio: el desperdicio de alimentos representa el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas, mientras que el 30% de la tierra cultivada se está utilizando para producir alimentos que nunca se van a consumir”, subrayaron las organizaciones, que se apoyan en esos datos para revindicar hacer frente al desperdicio alimentario.
Es por ello que las firmantes del manifiesto declararon que “es urgente que se lleven a cabo acciones concretas que engloben a todas las comunidades autónomas y municipios, ya que, aunque se han dado pasos, aún queda mucho trabajo por hacer en lo que respecta al desperdicio. Nos hemos unido porque este reto no puede pasar desapercibido en las próximas elecciones”.
Las organizaciones pidieron a los políticos compromisos concretos como aprobar una estrategia de desperdicio alimentario, incorporar esta lacra en los contenidos curriculares educativos y de formación e implementar acciones locales frente al desperdicio de alimentos, “como venta de imperfectos, gestión de excedentes, venta más barata en la cercanía fecha de caducidad o consumo preferente en supermercados, entre otras actividades”.
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