ALMERÍA, 30 (EUROPA PRESS)
Los almerienses se reparten a lo largo del Puente de Mayo entre la treintena de casetas repartidas por la Rambla de Almería y las presentaciones y talleres de escritores en la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, en el marco de la 43º Feria del Libro.
La alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, ha mostrado su apoyo a la fiesta de los libros de la ciudad y ha destacado “el dinamismo que está aportando la Feria del Libro al centro de la ciudad durante el Puente de Mayo, a la vez que ha valorado el impulso de nuestra Feria, que se sustenta en tres pilares: un recinto con una treintena de casetas, un amplio programa de actos y un programa de firmas”.
Acompañada por el concejal de Cultura y Educación, Diego Cruz, y el director de la feria, Manuel García Ibarra, la regidora ha valorado “el ambiente tan saludable que se respira en el emplazamiento de las casetas, en la Rambla, donde a los lectores habituales se suman las personas que suelen pasear por esta arteria principal de la ciudad y aprovechan para ver y comprar sus libros favoritos”.
Además, Vázquez ha prestado especial atención “al amplio programa infantil, que está siendo todo un éxito, con talleres y cuentacuentos en la Delegación del Gobierno de la Junta y visitas a la Biblioteca Central José María Artero, para fomentar el hábito de la lectura entre los niños”.
La 43 Feria del Libro de Almería comenzó el pasado miércoles, día 26, con el pregón de Sergio Ramírez, Premio Cervantes, y se celebra hasta mañana, día 1 de mayo, con presentaciones, entre otros, de Carmen Posadas, María Esclapez, Elvira Navarro, Mar García Puig, Miqui Otero, Juan Manuel Gil, Ignacio Martínez de Pisón o los músicos Guille Galván (Vetusta Morla) y Fortu (Obús), entre otros muchos.
En la tarde de este sábado se celebró una de las actividades más esperadas, una mesa redonda en la que participaron los escritores Miqui Molina y el almeriense Juan Manuel Gil, moderada por Vicente Gómez. El almeriense Juan Manuel Gil señaló que “mi barrio de El Alquián siempre está presente, de alguna manera, en mis novelas. Porque es muy singular: tiene al lado a un aeropuerto y un gasoducto, está muy cerca de la cárcel y a 9 kilómetros del centro. Y es que en los barrios es donde ocurren las cosas que interesan a los escritores”.
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