ROMA, 28 (EUROPA PRESS)
El Papa ha lamentado una iglesia “polarizada” con obispos desconectados entre sí y “trincheras ideológicas”, en el segundo encuentro de su viaje de tres días a Budapest.
“Causa tristeza cuando nos dividimos porque, en vez de jugar en equipo, jugamos al juego del enemigo: obispos desconectados entre sí, sacerdotes en tensión con el obispo, sacerdotes mayores en conflicto con los más jóvenes, diocesanos con religiosos, presbíteros con laicos, latinos con griegos; nos polarizamos en temas que afectan a la vida de la Iglesia, pero también en aspectos políticos y sociales, atrincherándonos en posiciones ideológicas”, ha lamentado.
El Papa ha pedido a los sacerdotes que tengan “un corazón compasivo” que perdona siempre y que “no juzga, anima y no critica”y que “sirve y no murmura”.
Recordando el testimonio de san Martín y de san Esteban, Francisco ha pedido que la Iglesia “sea capaz de escucha recíproca, de diálogo, de atención a los más débiles; acogedora para con todos y valiente para llevar a cada uno la profecía del Evangelio”.
El pontífice ha lamentado durante su alocución algunas de las dificultades internas que vive la Iglesia, como “la sobrecarga de trabajo de los sacerdotes” o que las vocaciones disminuyan.
“Los sacerdotes son pocos, a menudo de edad avanzada y presenta algunos signos de cansancio. Se trata de una condición común a muchas realidades europeas, respecto a la cual es importante que todos _ pastores y laicos _ se sientan corresponsables; ante todo en la oración, porque las respuestas vienen del Señor y no del mundo; del Sagrario y no del ordenador. Y luego, en la pasión por la pastoral vocacional, buscando el modo de ofrecer con entusiasmo a los jóvenes la fascinación de seguir a Jesús también en la especial consagración”, ha considerado.
Francisco ha aprovechado este encuentro con los obispos y los sacerdotes para recordar el Sínodo que está viviendo toda la Iglesia Universal: “No hay que conformarse con repetir el pasado y no tengamos miedo a reconfigurar la parroquia en el territorio”. Del mismo modo, ha instado a “hacer de la evangelización una prioridad” y a “iniciar una colaboración activa entre sacerdote, catequistas, agentes de pastoral y profesores” que “busquen las formas posibles para colaborar con alegría en la causa del Evangelio”.
Francisco ha citado Benedicto XVI recordando el encuentro que tuvo en Friburgo de Brisgovia en el año 2011 con los católicos comprometidos en la Iglesia y la sociedad. Así ha asegurado que las “distintas épocas de secularización vienen en ayuda de la Iglesia” porque “han contribuido de modo esencial a su purificación y reforma interior” y han significado “siempre una profunda liberación de la Iglesia de formas mundanas”.
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