En otra investigación se detuvo en Carabanchel a un cuidador de una mujer de 81 años con problemas de visión a la que estafó 30.000 euros
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Agentes de la Policía Nacional han detenido en localidades de Madrid y Toledo a nueve individuos como presuntos autores de los delitos de estafa, falsedad documental y pertenencia a organización criminal, después de que estafaran presuntamente 80.000 euros a más de 30 personas mayores mediante cargos relacionados con la venta y revisión de camas articuladas y productos relacionados.
Según ha informado la Policía Nacional, el grupo criminal, que tenía un claro reparto de tareas, llegó a obtener más de 80.000 euros que distribuyó en diferentes cuentas bancarias, algunas de ellas ubicadas en Lituania, para eludir la acción policial.
Los responsables de la investigación han admitido que ha sido una tarea “compleja” que se ha llevado a cabo por el Grupo de Policía Judicial de Moncloa-Aravaca. Se trata de víctimas, todas ellas mayores, que en un momento de su vida habían acudido a una tienda de compra de productos de bienestar destinados a la mejora de calidad de vida, ya fueran camas abatibles, somieres articulados o artículos similares.
El jefe de la trama también había trabajado en una de esas tiendas, de la cual se despidió no sin antes llevarse la cartera de clientes, lo que le permitía conocer a las personas que en sus domicilios tenían estas camas.
Con esta información, se personaban en los domicilios, haciendo creer a sus víctimas que pertenecían a una empresa, que harían revisiones en las camas y comprobando el funcionamiento. Dado que muchas veces esas mismas personas habían sido los propios vendedores de esos productos o demostraban un gran conocimiento sobre los mismos, no generaban ninguna duda en las víctimas, según han explicado los investigadores.
PRECIOS “DESMESURADOS”
Tras pasar un tiempo en el domicilio realizando revisiones innecesarias –puesto que se trataba de productos que a veces tenían sólo tres o cuatro meses–, los animaban a comprar adaptadores o productos nuevos del mercado a unos precios “desmesurados”.
Si accedían, el precio de ellos era el doble o el triple del mercado. Además, el cargo que marcaban en el datáfono no era el mismo que el acordado con ellos, en algunos casos hasta 2.000, 3.000 ó 5.000 euros.
La investigación se inició en enero del presente año, después de que una de las víctimas presentara una denuncia por estos hechos. En este caso, tras la supuesta revisión, la víctima pagó al cabecilla de este grupo con su tarjeta de crédito y, días después, observó cómo en su cuenta bancaria figuraba un cargo de 4.800 euros cuando creía haber abonado 300 euros.
Este grupo creó una empresa ficticia de reparación para realizar las estafas. Los investigadores averiguaron que actuaba junto a otros ocho individuos, conformando un grupo criminal con un claro reparto de funciones, de modo que mientras unos se dedicaban a la captación de clientas, otros acudían a los domicilios y otros gestionaban las facturas de la empresa ficticia que habían creado.
La Policía ha podido identificar a doce víctimas más que habían sido estafadas siguiendo la misma técnica. Realizadas las pesquisas, la pasada semana se estableció un dispositivo donde los nueve integrantes del grupo criminal fueron detenidos en varias localidades de Madrid y Toledo.
Además, los agentes analizaron las cuentas bancarias a las que se dirigía el dinero estafado siendo ocho las cuentas ubicadas en España y cuatro en Lituania. A día de hoy, la investigación continúa abierta por lo que no se descarta la aparición de más víctimas.
OTRA ESTAFA EN CARABANCHEL
Además, en una investigación paralela en el distrito madrileño de Carabanchel, los agentes han detenido al cuidador de una mujer de 81 años a la que presuntamente estafó alrededor de 30.000 euros.
La investigación se inició tras la denuncia de un director de una residencia de mayores en la que daba cuenta de que una mujer de 81 años recientemente ingresada en el centro podía ser víctima de algún tipo de fraude.
El Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Carabanchel comprobó que, tras el ingreso, el supuesto cuidador se personaba en la residencia, cada cierto tiempo, en espacios cortos, cada cinco o seis días, para acompañar a la víctima a una oficina bancaria, llevándose la cartilla de la misma y realizando reintegros.
Aunque en teoría le aportaba el supuesto dinero reintegrado a la víctima, una vez en el centro comprobaron que el dinero reintegrado no se correspondía con el que le hacía entrega a la víctima, si bien ella manifestaba que todo el dinero se encontraba en un sobre del que hacía entrega en la residencia.
Ante estos hechos, la residencia procedió a interponer la denuncia y, al comprobar su deterioro tanto cognitivo como físico –con un elevado grado de invidencia–, solicitó al Juzgado de Primera Instancia su ingreso no voluntario.
Los agentes determinaron que el hombre había internado a la mujer aportando las cartillas bancarias de la misma y había manifestó que no quería hacerse cargo en caso de impago de las cuotas correspondientes, si bien recogía a la mujer, la llevaba al banco y realizaba reintegros por importes importantes, habiendo reintegrado de la cuenta de la mujer en unos 15 días un total de 1.100 euros, hasta un total de 30.000 euros en dos años.
Realizadas las gestiones oportunas, la Policía Nacional localizó al autor de los hechos y procedió a su detención el pasado jueves como presunto responsable de un delito de estafa.
RECOMENDACIONES
La Policía Nacional recomienda desconfiar de personas que se presentan como técnicos sin portar ninguna acreditación y recuerda que este servicio se contrata con la empresa donde se realiza la compra, por lo que “es conveniente revisar el contrato”.
En caso de duda, se aconseja llamar a la empresa para verificar la presencia de este técnico, pero siempre llamando al teléfono que aparece en el contrato o factura y no el número que facilite esta persona.
Estos servicios no se pagan en el acto, sino que normalmente la empresa facilita un presupuesto que se abona antes de que acuda el técnico, por lo que no se debe dar dinero ni introducir las claves bancarias en ningún dispositivo.
En caso de ser víctimas de este tipo de estafas, hay que ponerlo siempre en conocimiento de la Policía Nacional, denunciar el hecho en dependencias policiales y aportar el mayo número de datos posibles para facilitar las labores de investigación.
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