MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La primera ola de calor del año en España, en la que se rozarán los 40ºC en algunos puntos, puede provocar situaciones perjudiciales para la salud como malestar, mareo, dolor de cabeza y náuseas, según ha informado la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
“Pueden darse calambres musculares y agotamiento por calor, que se caracteriza por tener malestar, mareo, dolor de cabeza y náuseas, y que suelen resolverse con reposo en un lugar fresco y con hidratación”, ha informado la vicesecretaria de la semFYC, María del Campo. En cambio, si aparecen síntomas como “la elevación de la temperatura corporal, dolor de cabeza intenso o pérdida de calor, puede que estemos ante una persona que está sufriendo un golpe de calor”, ha indicado.
La evidencia científica refiere que el calentamiento global causado por el cambio climático afecta tanto al medioambiente como a la salud de los ciudadanos y que un exceso de calor puede ocasionar una alteración en el sistema que controla la temperatura del cuerpo. Del mismo modo, el grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC) ha alertado en más de una ocasión de que en el caso de que el calentamiento global supere los 3ºC, la mortalidad y el número de personas en riesgo por estrés de calor se incrementará entre 2 y 3 veces a escala global, según los datos del sexto informe del IPCC.
“Normalmente, el cuerpo produce sudor para enfriarse, pero existen situaciones en las que no consigue su objetivo, la temperatura del cuerpo aumenta, y se produce daño en nuestra salud”, ha afirmado Del Campo.
En concreto, la médica de familia refiere dos tipos de consecuencias: directas e indirectas. Entre las primeras, “se incrementa la presión asistencial en los sistemas sanitarios y sociales, la siniestralidad vial, laboral, los ahogamientos, el aumento de enfermedades por transmisión de agua y alimentos, así como enfermedades causadas por flora y fauna marina. Incluso puede ocasionar fallos en infraestructuras energéticas, hídricas, o de transporte”.
En cuanto a las indirectas, del Campo habla de “aumento en las enfermedades asociadas al calor, el agravamiento de enfermedades crónicas, complicaciones durante el embarazo, parto prematuro, menor peso al nacer, intoxicaciones alimentarias”.
Los especialistas también piden especial cuidado con las personas vulnerables por cómo puede afectarles el calor. “Son personas que pueden sufrir alteraciones de estos mecanismos de adaptación y descompensar así patologías previas que presenten”, ha indicado Del Campo, quien se ha referido a “mayores de 65 años, pacientes con enfermedades crónicas, neurológicas y psiquiátricas, y, además, menores de un año”. En este grupo poblacional es aún más importante la realización de actividades preventivas, el autocuidado y la detección precoz de síntomas.
La susceptibilidad al calor también está influenciada por las condiciones y circunstancias en las que las personas viven y trabajan, por lo que las medidas de prevención deben abordar “los determinantes sociales de la vulnerabilidad al calor, como son el ámbito geográfico, la contaminación, la densidad de la población, el entorno urbanizado, el nivel socioeconómico, el tipo de vivienda, y el acceso a recursos comunitarios, entre otros”, afirma María del Campo
CONSEJOS PARA AFRONTAR EL CALOR
El Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud PAPPS-semFYC, PAPPS, junto con el Programa de Salud Planetaria, proponen un conjunto de medidas entre la ciudadanía para hacer frente a la ola de calor prevista. La primera de ellas recomienda evitar salir de casa y no realizar actividades que requieran un esfuerzo físico durante las horas centrales del día. Además, en caso de salir o exponerse al sol por motivos laborales, se recomienda alternar con periodos de descanso a la sombra y mantenerse hidratado.
También se aconseja el uso de gorras, sombreros, ropa holgada que transpire, gafas de sol con filtros homologados frente a radiaciones ultravioletas y protectores solares para la piel, además de evitar comidas copiosas y calientes.
Las bebidas azucaradas y alcohólicas no son recomendables con altas temperaturas, ya que aumentan la deshidratación y son perjudiciales para la salud, por lo que es aconsejable beber mucha agua. También se sugiere mantener fresca la vivienda, y el cierre de persianas y cortinas de las fachadas expuestas al sol, además de abrirlas por la noche para ventilar y refrescar.
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