MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El líder de la Coalición Nacional de Finlandia, Petteri Orpo, encargado de formar Gobierno tras su victoria en las elecciones del 2 de abril, ha anunciado el inicio inminente de conversaciones formales para construir una nueva mayoría con varios partidos, entre ellos el ultraderechista Partido de los Finlandeses, segundo en los recientes comicios.
Las conversaciones comenzarán el 2 de mayo, aunque la composición de estos contactos anticipa lo que puede ocurrir después. Orpo, que aspira a suceder a la socialdemócrata Sanna Marin, ha confirmado este jueves que el objetivo es conformar una nueva alianza que tome posesión en junio y que, de confirmarse, implicará un giro político radical en el país nórdico.
La Coalición Nacional, de ideología conservadora, debía básicamente decidir de primeras si se inclinaba como principal apoyo por el Partido de los Finlandeses o por el Partido Socialdemócrata de Finlandia y finalmente ha optado por los primeros, según Orpo porque la formación de Marin “tiene una visión muy diferente de la situación”, por ejemplo en materia económica.
“Tenemos grandes retos”, ha declarado el dirigente conservador, que ha incluido también en los contactos al Partido Popular Suecia y a los Demócrata Cristianos, según la cadena pública YLE.
La líder del Partido de los Finlandeses, Riikka Purra, ha reconocido discrepancias entre las cuatro formaciones, pero cree que “no hay nada que no pueda negociarse” en la mesa. En este sentido, ha subrayado que quieren ayudar a tejer una nueva mayoría, si bien por ahora las partes implicadas prefieren no dar nada por sentado.
Lo que sí parece claro a estas alturas es que Finlandia tendrá un gobierno conservador, pero queda por ver si aplicará el modelo de Suecia, en el que la ultraderecha dio su apoyo al primer ministro, Ulf Kristersson, sin incorporarse al gabinete y manteniéndose como puntal externo en el Parlamento.
Marin, que anunció su dimisión como líder socialdemócrata tras las elecciones, ha advertido este jueves de los riesgos de un drástico recorte en el gasto público, ya que teme que quienes están “en una posición más débil” dentro de la sociedad puedan sufrir las consecuencias.
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