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Save the Children advierte sobre el incremento de la pobreza infantil en Andalucía, donde el 29,4% de los niños se encuentran en esta delicada situación

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SEVILLA, 25 (EUROPA PRESS)

Un 29,4% de los menores de 18 años en Andalucía está en situación de pobreza, frente al 27,8% de los menores en el resto del país. Así lo revela el análisis que ha hecho Save the Children a raíz de la última Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicada este lunes.

A pesar de que los datos muestran una bajada del índice de pobreza infantil a nivel estatal, en Andalucía la cifra ha aumentado en 1,5 puntos porcentuales durante el último año. En total, el número de niños en situación de pobreza en 2022 se elevó a más de 454.379. En su interpretación, la organización alerta de que la pobreza infantil sigue superando a la pobreza general, que se mantiene igual que el año anterior en el 20,5%.

En cuanto a la tasa de pobreza severa infantil en Andalucía, esta ha disminuido imperceptiblemente hasta el 15% (0,3 puntos porcentuales con respecto a 2021). No obstante, la organización precisa que persiste la brecha entre la pobreza severa de niños, niñas y adolescentes y del conjunto de la población, que es del 9,4% (5,6 puntos porcentuales por debajo). Además, la tasa de pobreza infantil (relativa y severa) todavía sigue por encima del nivel previo a la pandemia de la Covid-19.

Save the Children recuerda que vivir bajo el umbral de la pobreza significa, en el caso de un hogar compuesto por dos personas adultas y dos menores de edad, ingresar menos de 16.047,63 euros al año.

LA INFLACIÓN “CASTIGA” A LA INFANCIA

Asimismo, expone que la carencia material severa ha aumentado más de dos puntos en la comunidad andaluza, llegando al 13,6% de niños que se encuentran en esta situación, por encima del 11,5% de adultos en la misma situación. Se trata del porcentaje más elevado de entre todos los grupos de edad.

Según Save the Children, esto apunta al impacto de la dimensión más aguda de la pobreza infantil y su relación con la escalada de precios del último año y medio, que impide el acceso a bienes y servicios esenciales para unas condiciones de vida y bienestar mínimos para la infancia a 210.253 niños y adolescentes en Andalucía.

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En este sentido, subraya que uno de los aspectos más alarmantes de esta ECV 2022 es el incremento significativo de los niños y adolescentes que no tienen acceso a al menos dos raciones de carne, pollo o equivalente a la semana. Son el 10,1% del total frente al 7,3% del año pasado. Este incremento se enmarca en un contexto de aumento desproporcionado de los precios de los productos de alimentación, que es la partida que más ha incrementado en el IPC.La carestía de la alimentación está golpeando de manera más grave a la infancia.

Algunos de los elementos contemplados en el análisis de la carencia material han experimentado aumentos importantes: un 20,41% (15,2% en 2021) de niños viven en hogares que no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada, con el impacto negativo que ello conlleva en actual contexto de emergencia climática y aumento de las temperaturas en muchas ciudades andaluzas. Por otro lado, el porcentaje de familias que han tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad, etcétera), ha descendido ligeramente desde el 9,9% en la anterior ECV hasta el 9,8% actual.

“Los datos reflejan el impacto que las altas cifras de inflación están teniendo en la vida de las familias andaluzas. Urge tomar medidas para reducir la desigualdad y la pobreza entre aquellas familias que más lo necesitan. Andalucía se encuentra entre las comunidades autónomas con las tasas de pobreza infantil más altas de España”, explica la portavoz de Save the Children en Andalucía, Ana Sánchez.

“TENER HIJOS IMPLICA A MENUDO CAER EN LA POBREZA”

Save the Children apunta que nuevamente, los hogares con hijos menores de edad se enfrentan a mayores tasas de pobreza. El 23,1% de estos hogares en Andalucía se encuentran bajo el umbral de la pobreza relativa, frente al 11,2% de los hogares sin menores de edad a cargo.La diferencia entre ambos tipos de hogares se ha ampliado hasta los 11,8 puntos porcentuales con respecto a los hogares sin niños (frente a los 9,6 puntos en 2021).

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Asegura que la diferencia es igualmente “significativa” en el caso de la pobreza severa, con un impacto del 11,2% en los hogares con menores de edad frente al 3,1% de los hogares sin menores a cargo. Todo ello pone de relieve la necesidad de las familias con hijos de contar con ayudas para evitar que la crianza suponga un riesgo de caer en la pobreza.

Además, indica que la situación de los hogares monomarentales resulta “especialmente preocupante” puesto que se enfrentan a una tasa de pobreza del 43,3% (44,4% en 2021). Save the Children reitera que las mujeres “están expuestas a una mayor precariedad y pobreza laboral, hecho que influye en sus tasas de pobreza, desproporcionadamente elevadas”.

Esta situación está estrechamente relacionada con el alza de los precios, especialmente de la energía, los productos de primera necesidad o los alquileres. Estos gastos constituyen algunos de los principales que se analizaron en el último informe sobre ‘El coste de la crianza’ elaborado por Save the Children y publicado en junio del pasado año, y suponen uno de los factores principales de vulnerabilidad para las familias con hijos.

La organización recuerda que el coste de criar un hijo en 2022 es de 641 euros al mes en Andalucía. Para casi 900.000 hogares, los más empobrecidos, “es directamente imposible cubrir este gasto, incluso dedicando todos sus ingresos a ello”, lamenta.

APOSTAR POR LA INFANCIA COMO INVERSIÓN DE PAÍS

Save the Children destaca que la solución a la pobreza infantil requiere políticas desde distintos frentes que atiendan a las distintas dimensiones en las que se manifiesta. Estas políticas deben entenderse como una inversión en la infancia y, también, en el conjunto de la sociedad, puesto que contribuirán al pleno desarrollo de los niños, permitiendo que sus capacidades y talento aporten al sistema productivo, asegurando su prosperidad y bienestar.

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“La pobreza infantil es ineficiente ya que se traduce en costes económicos a largo plazo, tanto para quienes la sufren como para la sociedad en su conjunto”, continúa Sánchez.

El Plan de Acción estatal para la implementación de la Garantía Infantil Europea (GIA) señaló, el pasado verano, el marco y acciones necesarias para garantizar de aquí a 2030 el acceso de la infancia en situación de pobreza o exclusión social a servicios clave para su desarrollo de calidad y en condiciones de gratuidad o, cuanto menos, asequibles.

Para ello, la GIA depende críticamente para su éxito de la acción de las administraciones autonómicas y locales. Sin embargo, Save the Children alerta sobre el retraso en la definición de los planes autonómicos de implementación de la Garantía Infantil, lo que aleja a esos 2,6 millones de niños de una posibilidad real de salida de la pobreza y exclusión social en España.

LA VIVIENDA, “PIEDRA DE TOQUE” DE LA POBREZA INFANTIL

El alza de los precios de las viviendas, especialmente del alquiler, que no han ido acompañados de un aumento de los ingresos de las familias, les están provocando enormes dificultades de pago.Según recoge el último informe de Save the Children, ‘Aquí no hay quién viva’, esta sobrecarga afecta al 40% de los hogares con hijos a cargo que viven de alquiler en Andalucía.

Ante esta situación, Save the Children pide que se aumente los presupuestos anuales para incrementar la financiación de políticas de vivienda, que se automatice el acceso a ayudas directas a vivienda para las familias perceptoras del IMV, rentas mínimas o similares, o que se apueste por la compra o la rehabilitación de unidades existentes para ampliar la oferta pública de vivienda social, entre otras medidas.


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