MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
Al menos el 93% de los países más vulnerables a los impactos del cambio climático están endeudados o corren un serio riesgo de endeudamiento.
Ese dato figura en el informe ‘El círculo vicioso: los vínculos entre la crisis de la deuda y la crisis climática’, elaborado por Alianza por la Solidaridad-ActionAid, que reclama a las instituciones financieras que se cancele la deuda de los países más vulnerables al cambio climático y se lleve a cabo “una reforma radical” de la gestión de la deuda mundial para “poner fin a esta doble crisis”. Este trabajo se dio a conocer con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra, que se celebra este sábado.
La obligatoriedad de los países endeudados a pagar sus deudas al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a los bancos privados antes de poder realizar un gasto plantea “cuestiones preocupantes”, según Alianza por la Solidaridad-ActionAid, sobre todo en el coste de la reconstrucción, la adaptación y la mitigación frente a desastres climáticos frecuentes y cada vez más intensos.
El informe indica que nueve de los países más vulnerables al cambio climático ya están gravemente endeudados, 40 naciones vulnerables al calentamiento global corren un riesgo moderado o alto de sufrir problemas de endeudamiento y solo cuatro países afectados por catástrofes climáticas corren un riesgo bajo de endeudamiento.
La investigación también revela que 38 de los 63 países más vulnerables a la crisis climática ya gastan tanto en el pago de la deuda que es probable que recorten el gasto en servicios públicos y cuestiones referentes a la lucha contra el cambio climático.
“CÍRCULO VICIOSO”
Ese “círculo vicioso” continúa con la necesidad de los países de reembolsar estas deudas en divisas extranjeras, principalmente, dólares estadounidenses. Para conseguirlo rápidamente, se ven a menudo impulsados a invertir en industrias extractivas -como los combustibles fósiles- o en agricultura industrial a gran escala -perjudiciales para el medioambiente- y contribuyen al cambio climático.
Además, se da la paradoja de que gran parte de la financiación climática llega a estos países en forma de créditos, lo que incrementa aún más su deuda externa.
Según el director de Alianza-ActionAid Senegal, Javier Larios, muchos de esos países vulnerables pertenecen a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (formada por Benín, Cabo Verde, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bisáu, Liberia, Mali, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Togo) y se enfrentan a “grandes retos para gestionar su política monetaria”.
“Si a esto le añadimos problemas de deuda externa con países como China, la UE, etc.; las restricciones que imponen el FMI o el Banco Mundial cuando prestan dinero para que no se aumente el gasto en bienestar social, y la corrupción, ¿qué posibilidad tiene la población para sobrevivir al cambio climático? La respuesta es evidente: ninguna”, añadió.
Larios subrayó al respecto: “Un cambio del funcionamiento económico a nivel internacional con la anulación de la deuda en dichos países sería el primer paso para que puedan iniciar un trabajo de lucha contra las catástrofes climáticas que ya están sufriendo”.
“Estas deudas están encerrando a los países en una espiral negativa, obligando a los gobiernos a recurrir al recorte del gasto público y a invertir en cosas que no son buenas para el clima a fin de pagarlas. Instituciones como el Banco Mundial, el FMI y los bancos privados con sede en los países enriquecidos están impidiendo el progreso climático, ya que siguen imponiendo condiciones estrictas a los países vulnerables al clima a cualquier precio”, concluyó David Archer, director de Programas de ActionAid.
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