LA RINCONADA (SEVILLA), 18 (EUROPA PRESS)
La Estación de las Letras de La Rinconada (Sevilla) ha acogido la presentación del último libro de Javier Aristu, que reflexiona sobre la “identidad andaluza”. Publicado por la editorial Comares, ‘Señoritos, viajeros y periodistas. Miradas sobre la Andalucía del siglo XX’ recoge “las miradas de quienes construyeron un imaginario de Andalucía a partir de la guerra”.
Esta obra póstuma ha sido presentada por su hijo, Carlos Aristu, secretario general de CCOO Sevilla, y la periodista, escritora y amiga de la familia, Mercedes de Pablos. Un acto al que han asistido la delegada de Cultura, Raquel Vega; el edil de Educación, Antonio Marín, así como representantes sindicales del municipio, tal como detalla el Consistorio en una nota de prensa.
Javier Aristu fue profesor de Literatura, antiguo dirigente del PCE, impulsor de Izquierda Unida y escritor, “referente crítico y comprometido tanto con la democracia como con Andalucía”. Como ha explicado De Pablos, este libro fue “la despedida de Javier, que volvió del hospital a casapara que le dejaran terminar su libro, y para despedirse de la gente que más quería”. Una obra que demuestra “la intuición a Aristu” al reflexionar sobre algo tan vivo actualmente.**
“Una mirada rigurosa, divertida de la realidad, de cómo nos vemos, de quienes somos, de quienes hemos decidido ser los andaluces, de los estereotipos, de los prejuicios, las mistificaciones, las adulteraciones y las adulaciones.*De la construcción de lo andaluz”, ha añadido la escritora.*
En este sentido, ‘Señoritos, viajeros y periodistas’ cuenta con un prólogo escrito por Antonio Muñoz Molina que titula ‘Contra la irrealidad de Andalucía’. Le siguen seis capítulos y un epílogo que transita por diferentes personas. Por la Andalucía de José María Pemán; por la Harca de Ab del Krim que hace alusión a esa gente de institución libre de enseñanza que fueron represaliados; se sumerge en las miradas desde fuera, con Gerald Brenan, Ronald Fraser e Ian Gibson.
“Gibson se encuentra el gran paradigma de la literatura neofranquista en torno a la esencia de ser andaluz y español. En toda esa construcción de quienes eran los buenos españoles, Gibson toca la fibra sensible de la muerte de Federico García Lorca, ese momento rompe una cortina y permite empezar a pensar que a lo mejor los buenos no eran tan buenos”, ha afirmado De Pablos.
Otro capítulo está dedicado a tres autores catalanes: Juan Goytisolo, Juan Marsé y Joan Martínez Alier. Continúa con las visiones ya de muchos andaluces, desde los sesenta hasta comienzos de los ochenta (Burgos, Salas, Castilla del Pino, Clavero). Y les sigue Manuel Halcón, “el guardián del señorío”.
“El debate identitario es un debate que necesita mucha lucidez intelectual pero también compasión.*Lo que salvaba a Javier de cualquier dogma es queentendía a los seres humanos, que somos contradictorios.*Él entendía que somos una mezcla de amor romantizado y denuncia de la sumisión, de independencia y de vínculo, de conquista de libertades y de derechos, sin perder aquello que nos convierte en personas”, ha referido D Pablos.
Por su parte, Carlos Aristu ha explicado que su padre escribió toda su vida “con ánimo de generar acción colectiva, debate político e incidir en la realidad. Cuando se jubiló, emprendió colectivamente a través de acciones que generaran debates sobre sociología, política, literatura”. De hecho, tras el ‘Procés’, creó la asociación Con diálogos para fomentar el diálogo entre andaluces y catalanes.*
“Mi padre era un andaluz nacido en Murcia, de padre navarro. A partir del ‘Procés’ recupera el interés por saber qué es ser de un sitio y empieza a reflexionar sobre qué es sentirse andaluz. Siempre había sido reacio a esa absorción de ese imaginario tomada por unos y otras”.
Para Carlos Aristu, lo que plantea el libro es*”todo el abarataje cultural que acaban proyectando un imaginario que termina conformando ideología y hegemonía cultural que no recoge todo lo que es ser andaluz y Andalucía”. Javier Aristu quería “dejar una herramienta para la reflexión y el debate”. “No es solo una cuestión de historia cultural, de investigación científica, de justicia cultural, sino que la homogeneización de la que somos víctimas todos, impide la visión real andaluza. Una homogeneización que niega las vanguardias”, ha concluido el secretario general de CCOO de Sevilla.
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