MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
El Museo Sorolla abre mañana martes las puertas de la exposición temporal ‘En el mar de Sorolla con Manuel Vicent’, organizada junto a la Fundación Museo Sorolla, con la colaboración de la Fundación Iberdrola España y la Fundación Mutua Madrileña.
La muestra, según informa el Ministerio de Cultura, se enmarca en las celebraciones por el primer centenario del fallecimiento de Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923), y es la tercera que, dentro de la programación oficial, se celebra en el Museo Sorolla tras ‘Sorolla. Orígenes’ y ‘¡Sorolla ha muerto! ¡Viva Sorolla!’.
Por primera vez, el Museo Sorolla propone un comisariado literario en torno a la obra del pintor a cargo de Manuel Vicent. El escritor valenciano se enfrenta a la pintura de Sorolla para proponer un diálogo insólito entre la pintura y la literatura. Como comisario, plantea un recorrido poético y visual a través de una selección de 50 obras pertenecientes a la colección del Museo Sorolla, de las cuales 12 se exponen al público por primera vez. De esta forma, la representación del mar y sus escenas en la obra de Sorolla cobra nueva vida a través del relato literario y vivencial del escritor valenciano.
En la exposición, las vidas del pintor y el escritor, desarrolladas ambas junto al mar Mediterráneo y sus gentes, confluyen a través de tres líneas de discurso.
Por un lado, el escritor levanta un relato de la experiencia con las pinturas de Sorolla y con la reconstrucción de su propia memoria, sus recuerdos y vivencias frente al mar. Por otro lado, Vicent da voz y vida, con sus luces y sus sombras, a los personajes más característicos de Sorolla: pescadoras, marineros o burgueses. Por último, realiza una aproximación a la estética luminista de Sorolla.
‘En el mar de Sorolla con Manuel Vicent’ se articula en cuatro secciones en las que el mar es el escenario donde sucede el relato visual de Sorolla y el literario de Vicent: ‘El subconsciente está lleno de algas’, ‘Un drama naturalista bajo la luz del Mediterráneo’, ‘Veraneantes burgueses en el Cabanyal’ y ‘En el mar de Xàbia’.
De esta manera, mientras que en la primera sección Manuel Vicent aborda su relación con el mar Mediterráneo desde la infancia hasta la adolescencia, en la segunda traslada al “drama naturalista palpable en los cuadros de Sorolla con su brillante luz del sol Mediterráneo”. La playa del Cabanyal de Valencia, en la que se entremezclan todas las clases sociales, es analizada por el escritor en la tercera sección, para en la última trasladar al visitante hasta Xàbia (Alicante) y así reflexionar conjuntamente sobre el placer, la belleza y el mar como forma de espiritualidad.
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