MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
El presidente del Gobierno de Cantabria y candidato a la reelección, Miguel Ángel Revilla, presumió este miércoles en el Fórum Europa de su región, a la que augura un futuro prometedor, pero lamentó no poder bajar los impuestos como su homóloga de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, porque sin el efecto de capitalidad ello le obligaría a recortar inversiones sociales.
En su intervención en este evento informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid, Revilla, que aspira a su quinto mandato consecutivo en las elecciones del 28 de mayo, tuvo tiempo de repasar muchos de los aspectos pasados, presentes y futuros de la política regional, comenzando por el que mencionó como uno de sus grandes orgullos: haber recuperado el nombre de Cantabria, cuando durante la Transición sólo se hablaba de la provincia de Santander.
Como puente entre pasado y presente, Revilla comenzó llamando a participar en otro de los eventos por los que presume de “vender una tierra, ponerla en el mapa”: el año jubilar lebaniego, el perdón de los pecados por acudir a Liébana, en el que su Gobierno ha invertido dos millones de euros pero espera recibir un impacto de más de 200 y crear 2.200 puestos de trabajo.
También se congratuló de que por fin estén en marcha las obras del AVE a Cantabria, después de que otro Gobierno socialista, el de José Luis Rodríguez Zapatero, las paralizara en 2010 meses después de adjudicarla; él confesó que le haría ilusión inaugurarlo. Ahora bien, a la vez se propuso mejorar la conexión ferroviaria con Bilbao y, desde ahí, con Francia, por más que sospecha que el presidente francés, Emmanuel Macron, esté retardando la alta velocidad entre Burdeos e Irún para concentrar Europa entre su país y Alemania.
Para ambos proyectos aseguró que cuenta con el apoyo del lehendakari, Íñigo Urkullu, a quien elogió como “un tío muy serio, demasiado serio a veces”, en contraste con su predecesor Juan José Ibarretxe, a quien recriminó no haberle llamado nunca para decirle que sentía algún atentado cometido por ETA en Cantabria.
También en materia de infraestructuras afirmó que desde que se conoció que los trenes de cercanías para su comunidad y Asturias no cabían por los túneles “ha habido un buen comportamiento” por parte del Gobierno central y los primeros trenes nuevos se podrían empezar a construir en diciembre y a entregarse antes de dos años. Según dijo, Adif ha nombrado un comisario encargado expresamente “del seguimiento de lo que hemos firmado”.
“RODAR CABEZAS”
Revilla aclaró que no se refirió a nadie en particular cuando, al estallar el escándalo, pidió que tenían que “rodar cabezas”, y denunció que lo más grave es que en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana sabían desde dos años antes que los trenes no cabían por los túneles y, cuando se les preguntaba cómo iba la construcción, lo disimulaban. “Estaban callados a ver si no nos dábamos cuenta”, interpretó. “Cuando lo leí pensé que era una inocentada”.
Por lo demás, el presidente cántabro presumió de los 1,3 millones de pasajeros que ha recibido el Aeropuerto de Santander, que en su día el exministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos desdeñó remitiéndole al de Bilbao y en el que, sin embargo, dijo habérsele encontrado años después y le preguntó: “¿Qué haces aquí, que no estás en Bilbao?”.
También se congratuló de que el puerto de Santander sea el de mayor número de ferries del norte de España y de que la semana que viene se vaya a adjudicar el contrato para levantar un polígono industrial a diez minutos de dicha infraestructura y otros diez del aeropuerto, entre Santander y Torrelavega. Igualmente, avanzó que se propone concentrar cuatro museos en la bahía de Santander: el Botín, la sucursal del Reina Sofía, el del Banco Santander con “la colección privada más importante de España” y el de Prehistoria.
Eso sí, pese a estas ventajas de Cantabria, lamentó no poder bajar los impuestos como hace Madrid, que “es como una especie de pulpo, una centrifugadora”, donde se concentran el 70% de las empresas porque “todo está en Madrid”. “Yo no puedo permitirme el lujo de bajar impuestos como la señora Ayuso”, se quejó, reclamando que la financiación autonómica no priorice a las comunidades más pobladas sino que “hay que tener en cuenta el coste de los servicios” en las regiones despobladas.
En cualquier caso, Revilla confirmó que, si sigue gobernando tras las elecciones, seguirá otros cuatro años como presidente. “Lo de la limitación de mandatos, en mi caso no lo puedo apoyar”, constató entre risas de los presentes, antes de apelar como ejemplo a la edad del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El candidato a la reelección aseguró que cualquiera de los asistentes del Partido Regionalista de Cantabria ejercerían la Presidencia mejor que él, pero justificó su candidatura: “Si no está el PRC y no voy yo de cabeza de lista, el pacto PP-Vox está asegurado”. Una presencia, la de Vox, que dijo no poder aceptar porque rechaza las comunidades autónomas, el mismo nombre de Cantabria, y porque, como “progresista” que él se considera, “hay cosas que serían una marcha atrás”.
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