SEVILLA, 12 (EUROPA PRESS)
El hepatólogo sevillano Manuel Romero (Sevilla, 1967) recoge el testigo de José Luis Calleja al frente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), con el reto de colocar las patologías del hígado en el centro de la agenda pública sanitaria, concitando para ellas la atención que demanda su creciente prevalencia e incidencia, especialmente entre los jóvenes.
“La sociedad es, en general, poco consciente de la epidemia silenciosa que se nos está viniendo encima con las patologías hepáticas, las cuales se relacionan con estilos de vida y alimentación muy nocivos para la salud y que sin embargo están cada vez más normalizados y son cada vez más frecuentes en los jóvenes, en particular el consumo de alcohol”, según ha explicado en nota de prensa el nuevo presidente de la AEEH.
La progresiva incidencia, cada vez más temprana, de las patologías hepáticas supone un desafío para el sistema público sanitario que demanda respuestas nuevas a todos los niveles. Y por ello, Manuel Romero considera necesario coordinar estas respuestas a través de un plan nacional que sea capaz de aglutinar el consenso de especialistas, pacientes y todas las administraciones sanitarias españolas y que debe poner el foco en la prevención y sensibilización social, así como en el diagnóstico temprano, pues las patologías del hígado son silentes, apenas generan síntomas específicos, por lo que se diagnostican en fases avanzadas, cuando han progresado a fibrosis o, en el peor de los casos, a cirrosis, lo que dificulta la reversión del daño hepático.
En relación con la prevención, el fenómeno que más preocupa a los especialistas del hígado es el elevado consumo de alcohol en personas menores de edad, lo cual refleja una pobre aplicación de la Ley que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a estos menores y sobre todo una baja percepción social del riesgo de este consumo, que es la primera causa de desarrollo de cirrosis y de necesidad de trasplante hepático, con una especial vulnerabilidad por parte de la mujer, pues tiene mayor propensión al desarrollo de cirrosis y hepatitis, mayor estigma y menos acceso al trasplante hepático.
Pero el consumo de alcohol no es el único problema. A los especialistas les preocupa también la elevada incidencia del hígado graso, cuyos principales factores de riesgo son la obesidad y el sobrepeso, junto la diabetes tipo dos, el colesterol y la presión arterial alta (HTA), y que afecta ya a más de diez millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 presentarían ya una cirrosis hepática.
Nuevamente, en este caso, la alarma es doble, por el impacto general en toda la población y por su crecimiento específico entre adolescentes y jóvenes, segmento en el que estudios recientes han estimado que hasta ocho de cada diez personas con sobrepeso presentan ya hígado graso, y se encuentran en riesgo de desarrollar una cirrosis a edades tempranas. La presencia de cáncer de hígado en pacientes con hígado graso en España se ha triplicado en la última década, por lo que es probable que se convierta en la principal causa de cáncer de hígado en menos de una década.
“En su momento conseguimos visibilizar y normalizar las hepatitis víricas y es el momento de hacer lo mismo con las nuevas enfermedades hepáticas, tenemos que visibilizarlas y normalizarlas para desnormalizar las causas que las hacen posible y al mismo tiempo evitar el estigma asociado a ellas, en especial, las ligadas a las enfermedades hepáticas causadas por el consumo de alcohol, que están cada vez más lejos de ser un problema de poblaciones marginales, para ser una epidemia cada vez más extendida y con una creciente y preocupante incidencia entre los jóvenes”, ha explicado el hepatólogo sevillano, para quien “mirar para otro lado, como si no estuviera pasando, nunca es la solución, y menos en este caso”.
Asimismo, Romero asume la presidencia de la AEEH con el reto y la ilusión de culminar con el gran objetivo de acelerar la eliminación de las hepatitis víricas para cumplir con los objetivos marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “campo en el que hemos logrado grandes avances, pero es necesario un último esfuerzo en el que las políticas de microeliminación en poblaciones vulnerables serán claves, así como ahondar en la descentralización y simplificación del cribado y el tratamiento de estos pacientes y en su seguimiento para evitar la reinfección”.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
Nacido en Sevilla en 1967, el nuevo presidente de la AEEH es un especialista en enfermedades del aparato digestivo con amplio reconocimiento nacional e internacional. Jefe de la Sección de Hígado y Gastroenterología del Hospital Universitario Virgen del Rocío y Catedrático de Medicina de la Universidad de Sevilla, acumula una intensa trayectoria clínica, investigadora y académica. Es responsable del Grupo SeLiver en el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), grupo Ciberehd 47/2006 y grupo de investigación CTS-532 en Andalucía, así como director del Programa de Investigación Traslacional de Enfermedades Hepáticas, Digestivas e Inflamatorias del IBIS.
Como experto internacional ha participado en el Comité Científico de Instituto de Investigación Ramón y Cajal, y comisiones de evaluación de la Comisión Europea, de los Institutos de Salud de EEUU y de programas de excelencia IHU-3 de la agencia de investigación de Francia. Además, ha sido líder de subproyecto y líder Nacional en proyectos europeos FLIP y LITMUS y coordinador general de NASH-PI, coordinador del grupo de trabajo de Medicina Personalizada en Covid-19 en Andalucía y por último designado por el gobierno de Portugal como miembro del comité portugués para la eliminación de las hepatitis virales.
Ha publicado cerca de 450 artículos científicos revisados por pares en las principales revistas del campo (Lancet, New England Journal of Medicine, Journal of Hepatology, Gastroenterology, Hepatology y Nature Communications). Y ha unido a esta actividad científica, una vertiente innovadora y emprendedora, al desarrollar más de 10 patentes durante su trayectoria científica.
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