MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Los marcapasos inalámbricos o sin plomo, que suelen implantarse en adultos, pueden ser una opción segura y eficaz a corto plazo para los niños con latidos lentos, según una nueva investigación publicada en la revista científica ‘Circulation: Arrhythmia and Electrophysiology’.
Los niños con latidos demasiado lentos (bradicardia) necesitan marcapasos, dispositivos implantados quirúrgicamente bajo la piel del tórax que transmiten impulsos eléctricos para regular los latidos del corazón.
Los marcapasos estándar utilizan cables diminutos, o derivaciones, que se conectan al corazón para administrar la estimulación vital (señales eléctricas para mantener el corazón latiendo con normalidad).
Sin embargo, según los investigadores, los niños activos y en edad de crecimiento corren un mayor riesgo de fractura de los cables y de complicaciones del marcapasos, ya que pueden romperse o funcionar mal.
El marcapasos sin cables es un dispositivo en miniatura, del tamaño de una pila AAA, autónomo y colocado directamente dentro del corazón del paciente. No necesita cables diminutos para ayudar a regular los latidos del corazón.
“Este tipo de marcapasos funciona muy bien en niños, igual que en adultos. Hemos descubierto que puede implantarse de forma segura en determinados pacientes pediátricos que necesitan marcapasos”, afirma la autora principal del estudio, Maully J. Shah, directora de electrofisiología cardiaca del Centro Cardiológico del Hospital Infantil de Filadelfia (Estados Unidos).
Durante el período de estudio (2016-2021), los investigadors implantaron el dispositivo sin plomo en pacientes cuidadosamente seleccionados que experimentaban un ritmo cardíaco lento.
Evaluaron los datos del registro de una marca de marcapasos sin plomo para analizar cómo funcionó el marcapasos sin plomo en 63 niños de 4 a 21 años (edad promedio de 15 años). Para el 77 por ciento de estos niños, se trataba de su primer marcapasos.
Los resultados del estudio revelan que a 62 de los 63 niños se les implantó con éxito el marcapasos sin plomo, y los parámetros eléctricos del corazón se estabilizaron en las primeras 24 horas. Durante un periodo medio de seguimiento de unos 10 meses, el marcapasos fue eficaz en su rendimiento general, incluida la longevidad de la batería, el bajo umbral de estimulación (señales que indican si el marcapasos funciona bien) y la capacidad para detectar los latidos eléctricos nativos del corazón.
En general, el 16 por ciento de los niños experimentó complicaciones tras recibir el marcapasos sin plomo. La mayoría se debieron a hemorragias leves, que se trataron rápida y fácilmente. Hubo tres complicaciones importantes: un coágulo de sangre en la vena femoral de un paciente, una perforación cardiaca y un paciente con una función subóptima del marcapasos que requirió su retirada al cabo de un mes.
Durante el periodo de seguimiento posterior a la implantación, los marcapasos sin plomo siguieron teniendo un funcionamiento estable y no se notificaron complicaciones. Los investigadores tienen previsto realizar un seguimiento de estos pacientes durante cinco años más.
“La tecnología de marcapasos sin plomo es el futuro. Se trata de una tecnología excelente que podría ofrecerse a una población pediátrica más amplia. Sin embargo, las técnicas y herramientas para colocar el dispositivo deben diseñarse para pacientes más pequeños, en concreto niños, y debe existir un mecanismo para retirar y sustituir este marcapasos sin cirugía cuando se agote la batería, ya que los pacientes pediátricos probablemente necesitarán marcapasos durante el resto de su vida”, ha remachado Shah.
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