SANTA CRUZ DE TENERIFE, 7 (EUROPA PRESS)
El Hospital Universitario de Canarias (HUC) ha cerrado 2022 a la cola de los hospitales públicos del archipiélago con una lista de espera quirúrgica de 12.289 personas –un 6,8% más que en diciembre de 2021– y un tiempo medio de demora de 198,09 días cuando un año antes era de 171,5 días, según datos del Servicio Canario de Salud.
Además, 35.897 personas esperan por una consulta de especialidades –en el Doctor Negrín suman 38.157– y el HUC está a la cabeza en Cirugía Maxilofacial (1.216 personas); Dermatología (9.279); Neurocirugía (1.450) y Rehabilitación (6.460).
En el caso de las pruebas complementarias, también está a la cabeza en ecocardiogramas, con 545 personas en lista de espera y una demora media de 152,3 días, y endoscopias, con 332,1 días y 4.970 personas.
A la hora de abordar las causas de estos indicadores, Guillermo de La Barreda, presidente de la Asociación para la Defensa de la Salud Pública Canaria (ADSPC), detalla que “el diagnóstico es muy sencillo” y arranca desde que la gestión se transfiere desde el Cabildo de Tenerife al Servicio Canario de Salud.
En esa línea, considera que ha sido un complejo sanitario “maltratado”, que tiene el presupuesto “más bajo” de los cuatro grandes hospitales del archipiélago y un “problema” de personal que se va a agravar a partir de septiembre, con 500 trabajadores que “se van al paro”.
Ha indicado también que es un hospital con ratios de personal muy “bajos” y que tampoco tiene las mismas dimensiones que el de La Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife, pues cuenta con casi 700 camas por casi 1.000 y el área de Urgencias también es más pequeña.
BAJO PRESUPUESTO
“Desde 2008 las Urgencias llenan los pasillos y no se ha puesto solución, el hospital fue diseñado para un área de población más pequeña que la actual, tiene menos personal y presupuestos peores”, expone a Europa Press a modo de resumen.
De la Barreda ha recordado que el Cabildo llegó a realizar un proyecto de ampliación de las instalaciones que “era muy bueno” y estaba “consensuado” con la comunidad sanitaria pero no salió adelante y ahora “se piensa” en construir “una especie de materno-infantil que no es necesario”.
En su opinión, con el HUC “ha habido una dejadez por los diferentes gobiernos” y eso explica los actuales resultados, al tiempo que recuerda que en Tenerife no se crean camas de agudos desde finales de los años ochenta cuando se construyó el edificio de Traumatología en el Hospital de La Candelaria.
“La población ha aumentado muchísimo y hay un déficit brutal de camas en la isla a lo que se une al déficit de camas sociosanitarias que hace que se bloqueen los hospitales. Si no tienes camas no puedes operar porque no puedes ingresar a los enfermos”, indica.
SATSE: CONSTRUIR UN HOSPITAL NUEVO
Alejandro Gordillo, delegado de Satse en el HUC, admite que el hospital “ha sido uno de los peor dotados en personal” y también está a la cola en infraestructuras, con menos quirófanos que el Hospital de La Candelaria, a aparte de que cuando la ‘isla baja’ –que concentra los municipios de El Tanque, Los Silos, Garachico y Buenavista– pasó a ser gestionada por el HUC “se incrementó la lista de espera de manera considerable y es un déficit que lleva años”.
No obstante, apunta que desde la gerencia del centro se les ha explicado que el HUC fue el hospital que más operó el año pasado en lista de espera de más de seis meses “pero es tan amplia que es muy difícil disminuirla”.
Gordillo considera que “se ha operado muchísimo y la capacidad para operar ha llegado al máximo, tanto por disponibilidad de quirófanos como por personal” por lo que entiende que “hay que preguntar” por qué no bajan los datos.
Indica también que la población referencia está “envejecida”, con muchos pacientes de más de 80 años, y se plantea que “algo habrá que hacer diferente para que la lista de espera baje porque lo que se ve es que es insuficiente”.
Como problemas destaca que la zona quirúrgica “no tiene por donde crecer” pues no se puede aumentar la zona de recuperación de pacientes y solo se hacen “apaños y parches”. “El hospital necesita una remodelación muy grande o construir un hospital nuevo por que está obsoleto”, comenta.
En cuanto a las Urgencias explica que “el servicio está colapsado día tras día y no hace falta que llegue un pico, los pasillos siempre están llenos y todos los días hay falta de camillas y esperas de ambulancia porque no hay sitio, es algo crónico”.
SINDICATO MÉDICO: LA LISTA DE ESPERA “ES UN DESASTRE”
El secretario general del Sindicato Médico, Levy Cabrera, apunta también que hay falta de personal, especialmente en los servicios quirúrgicos, y la población que cubre está bastante envejecida, lo que conlleva una lista de espera que “es un desastre”.
Cabrera entiende que habría que duplicar el número de quirófanos para poder “operar más”, entre otras cosas porque también se está formando a más traumatólogos y los residentes “no tienen el número adecuado de intervenciones”. “Es un tema muy grave la falta de quirófanos”, señala.
En ese sentido afirma que la isla va “muy por detrás” en planificación sanitaria porque en relación a la población, debería contar con tres hospitales como el HUC y La Candelaria, desarrollar los del Norte y el Sur y aún construir otros dos comarcales en La Orotava y Granadilla.
“Tenemos dos hospitales para toda la isla con un millón de habitantes, es un disparate, y con recursos del siglo pasado”, subraya.
Además, ve un “disparate” que se dupliquen servicios en dos hospitales separados por poca distancia y aboga por mejorar la especialización y que los profesionales “operen más”.
Cabrera no achaca los datos al equipo directivo del HUC aunque asume que la gestión se puede mejorar dado que se trata de un “problema estructural más grande, hace falta más espacio y más profesionales”, y aunque entiende que “se puede abrir a tope las tardes y los fines de semana, a ver con quien y habrá que pagarlo”.
“Si quieres tener esto mejor habrá que gastar más, si no, seguir tirando con lo que tenemos”, agrega.
Desde Intersindical Canaria han solicitado el cese del equipo directivo por las “insufribles” listas de espera y los “continuos abusos” a los trabajadores con respecto a sus vacaciones, los días de exceso de jornada sin cobertura o la “precariedad” en los contratos y plantillas.
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