MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
La Policía de Israel ha irrumpido por segunda noche consecutiva en la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, y han lanzado balas de goma, granadas y gases lacrimógenos para dispersar a los fieles musulmanes en una noche especialmente simbólica en la que comienza Pésaj, la Pascua judía, y en pleno mes de Ramadán.
La Media Luna Roja Palestina en Jerusalén ha señalado que se encuentra trabajando en las inmediaciones del lugar y que ya ha recibido al menos a seis heridos, según un balance informado por la agencia de noticias WAFA.
Poco después, Nabil Abu Rudeiné, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha asegurado que “la ocupación israelí insiste en continuar profanando la bendita mezquita de Al Aqsa y crear una atmósfera de escalada, inestabilidad y tensión”.
“Lo que Israel está haciendo en términos de asaltar la sagrada Mezquita de Al Aqsa y atacar a los fieles es un golpe a los esfuerzos estadounidenses que han tratado, durante el último período, de crear un estado de calma y estabilidad en el mes de Ramadán”, ha sentenciado, según WAFA.
En concreto, el portavoz se refería con ello a las cumbres celebradas tanto en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij como en Aqaba, donde las partes acordaron una serie de pasos para reducir la violencia en la región.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Jordania ha afirmado que “los continuos ataques” de las fuerzas de seguridad israelíes contra los fieles forman parte de “los intentos de cambiar el ‘statu quo’ histórico en la mezquita sagrada de Al Aqsa”.
El portavoz del Ministerio, Sinan Majali, ha recalcado este miércoles que Israel “tiene toda la responsabilidad por las graves consecuencias de la continua escalada, que exacerba la situación y amenaza con estallar la espiral de violencia”, según ha informado la agencia de noticias Petra.
A lo largo de la jornada, manifestaciones y protestas han sido llevadas a cabo contra las fuerzas de seguridad israelíes en distintos puntos de Cisjordania y la Franja de Gaza en protesta por la irrupción de la Policía en la mezquita, considerada un lugar sagrado por los musulmanes.
En la víspera, cerca de 400 personas fueron detenidas por las fuerzas de seguridad israelíes en una operación que dejó también heridos y que ha sido condenada por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, entre otros.
La Policía israelí entró en la mezquita en la víspera tras asegurar que jóvenes enmascarados se atrincheraron dentro del efificio y lanzaron fuegos artificiales, garrotes y piedras, negándose a abandonar el recinto.
Más tarde, durante la madrugada, las milicias del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) lanzaron varios cohetes desde la Franja de Gaza contra territorio israelí “en respuesta al asalto a la mezquita y al ataque a los fieles por parte de las fuerzas de ocupación”. Tras ello, el Ejército israelí llevó a cabo varios ataques aéreos en la Franja en represalia.
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