El enviado de la ONU reclama “actuar con responsabilidad y evitar pasos que puedan aumentar las tensiones”
MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha mostrado este miércoles su “consternación” por los incidentes violentos en la mezquita de Al Aqsa y ha reclamado a líderes políticos y religiosos que “rechacen la incitación, la retórica incendiaria y las acciones provocativas”.
El enviado de la ONU para el proceso de paz en Oriente Próximo, Tor Wennesland, ha denunciado “las aparentes agresiones a palestinos por parte de las fuerzas de seguridad israelíes” y ha condenado “firmemente” el “almacenamiento y uso de fuegos artificiales y rocas por parte de palestinos dentro de la mezquita”.
“Los líderes de todas las partes deben actuar con responsabilidad y evitar pasos que puedan aumentar las tensiones”, ha dicho en un comunicado publicado a través de su cuenta en la red social Twitter, antes de agregar que este periodo de fiestas religiosas “debe ser para una reflexión segura y pacífica”.
Asimismo, ha subrayado que “el ‘statu quo’ histórico de los lugares santos debe ser mantenido, en línea con el papel especial de Jordania” y ha afirmado que “el papel del Departamento de Asuntos de la Mezquita de Al Aqsa es vital y debe ser empoderado para que cumpla su papel crucial”.
Wennesland ha condenado también el disparo “indiscriminado” de proyectiles desde la Franja de Gaza tras los incidentes y ha dicho que se trata de actos “inaceptables” que “deben terminar”. “La ONU sigue en contacto cercano con todas las partes implicadas para rebajar las tensiones”, ha zanjado.
El portavoz del Ejército israelí Daniel Hagari ha señalado que la irrupción de agentes en la mezquita tuvo lugar tras un “intento de negociación” para que un grupo de personas que se había “atrincherado” en el interior pusiera fin a sus acciones y evacuara las instalaciones, en medio de las críticas palestinas e internacionales a las acciones de las fuerzas de seguridad israelíes en el interior de la mezquita de Al Aqsa.
La Explanada de las Mezquitas es el corazón religioso de Jerusalén Este y descansa en uno de sus laterales sobre el Muro de las Lamentaciones, último vestigio del Templo de Salomón judío. El ‘statu quo’ en la zona impide a los judíos rezar en el lugar y autoriza únicamente que visiten el lugar en horarios predeterminados y que lo recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías que deben vigilar que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religiosos.
Israel se hizo con el control de la Explanada de las Mezquitas y el resto de la Ciudad Vieja de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días (1967). Sin embargo, permitió que Jordania siguiera manteniendo la autoridad religiosa en el lugar y, según el acuerdo de paz, reconoció el “papel especial” de Jordania sobre “los lugares santos musulmanes en Jerusalén”.
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