LOGROÑO, 28 (EUROPA PRESS)
La presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, ha inaugurado esta mañana la variante de Murillo de Río Leza que completa su trazado una vez finalizadas las obras de la segunda fase de esta nueva infraestructura de la red autonómica de carreteras junto al consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía, Álex Dorado Nájera, el director general de Infraestructuras, Vicente Urquía y el alcalde de Murillo de Río Leza, Sergio Chicote.
Andreu ha destacado que “estamos abriendo al tráfico la actuación más importante en materia de carreteras que este Gobierno de La Rioja está ejecutando esta legislatura” con una inversión de 8 millones de euros y que necesitado de la construcción de un viaducto de 173 metros de longitud para salvar el río Leza.
La responsable del Ejecutivo ha asegurado que mejorar las conexiones de los municipios de La Rioja, especialmente del mundo rural, es el principal reto del nuevo Plan de Carreteras de La Rioja 2022-2030 para mejorar la vertebración de la región y favorecer el desarrollo económico” y ha afirmado que “en 2022 hemos invertido en obras como esta que inauguramos hoy un total de 23 millones de euros, la mayor inversión en carreteras regionales de los últimos diez años”.
Según ha insistido, esta variante, incluida en el nuevo Plan de Carreteras de La Rioja, es una infraestructura “fundamental para Murillo de Río Leza que permite solventar el problema de tráfico existente, y va a contribuir al desarrollo de la localidad, a la seguridad de la ciudadanía y a mejorar la comunicación de Murillo con el área metropolitana de Logroño, así como con otras zonas de La Rioja como los valles de Ocón y de Jubera”.
“Esta actuación mejora la seguridad vial y aumentar el bienestar de los vecinos y las vecinas de Murillo, ya que esta segunda fase evita el paso obligado del tráfico de las carreteras LR-259 y LR-261, sobre todo de vehículos pesados, por su núcleo urbano. Ahora, el trafico habitual de esta zona puede salvar los ríos Leza y Jubera de forma ágil y segura sin cruzar el centro de Murillo”, ha explicado.
FINALIZADA DOS MESES ANTES DE CUMPLIR EL PLAZO DE EJECUCIÓN
La UTE Murillo II, formada por las constructoras Ismael Andrés y Riojana de Asfaltos, ha sido la responsable de ejecutar los trabajos de la segunda fase, que comenzaron el 15 de noviembre de 2021 y que, pese a contar con un plazo de ejecución de 18 meses que finalizaba en mayo, ha logrado concluirla con casi dos meses de antelación. El importe por el se adjudicó la obra fue de 7.929.615,22 euros.
La primera fase de la construcción de esta nueva vía se inició en 2017 y finalizó en abril de 2019. La intervención consistió en salvar el río Jubera, enlazando la LR-261 de Murillo a Ventas Blancas con la carretera LR-259 que va de Murillo a Galilea, consiguiendo, de este modo, evitar el paso por Murillo de Río Leza de camiones procedentes del valle del Jubera en su búsqueda de la autopista o de la N-232.
La segunda fase de la variante de Murillo de Río Leza que hoy queda abierta al tráfico consiste en un trazado de nueva construcción, de 2,8 kilómetros de longitud y dos carriles de 3,5 metros. Parte del punto kilométrico 6+200 de la LR-259, donde se ha construido una glorieta de 30 metros de radio interior y 40 metros de radio exterior, que modifica la tradicional entrada a Murillo dando a elegir entre el acceso al núcleo urbano o la variante, que describe un arco hacia el sur para, después de salvar el cauce del río Leza, terminar en la glorieta, de iguales características, ya existente de la carretera LR-261 y enlazar con la primera fase ya construida. En total, incluyendo las dos fases, la nueva variante de la localidad tendrá una longitud de 6,25 metros.
UN GRAN PUENTE SOBRE EL LEZA
Las obras que el Gobierno de La Rioja ha llevado a cabo en esta segunda parte del proyecto salvan el cauce del río Leza con un puente de 173 metros de longitud y 15 metros de altura. El viaducto consta de dos vanos de 25 metros y tres de 41 metros, y cuenta con dos vigas en artesa prefabricadas de hormigón pretensado y 2 metros de canto, apoyadas en pilas prefabricadas y sobre las que se construirá una losa de hormigón de 13 metros de anchura rematada con los reglamentarios pretiles de contención para evitar posibles caídas de vehículos.
Su correcto comportamiento fue testado el pasado mes de febrero cuando se realizó la correspondiente prueba de carga en la que se emplearon 6 camiones cargados con 26.000 kilos cada uno, los cuales fueron situándose sobre el tablero del viaducto para comprobar el perfecto comportamiento de la estructura y su respuesta ante una carga de 156 toneladas en cada uno de sus vanos que, finalmente, fue la esperada.
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