ROTA (CÁDIZ), 28 (EUROPA PRESS)
Con las primeras luces de la mañana de este martes, la llegada del buque ‘Juan Carlos I’ y de la fragata ‘Victoria’ a la Base Naval de Rota ha puesto punto final al despliegue del Grupo Expedicionario ‘Dédalo 23’ que ha llevado a las dotaciones de ambas embarcaciones a participar en operaciones especiales de asistencia humanitaria en Turquía, tras los terremotos de febrero.
En una nota, la Armada ha explicado que, tras el atraque de los buques, el almirante de la Flota, Eugenio Díaz del Río, se ha dirigido a ambas dotaciones desde la cubierta del ‘Juan Carlos I’, en la que ha expresado su satisfacción por “el excelente desarrollo de un despliegue en el que sus integrantes se han conducido con profesionalidad y eficacia sobradas”, contribuyendo a mostrar a la sociedad “el valor que la Armada tiene como instrumento de paz y seguridad”.
El almirante ha felicitado también al comandante del Grupo, el contralmirante Gonzalo Villar, y a todos los participantes que han regresado con la “legítima satisfacción del deber cumplido”, listos para reunirse con sus familiares que, de alguna manera, “han sido partícipes también de este esfuerzo”.
En el escenario actual, los despliegues de los grupos de portaaviones han adquirido un papel principal en la estrategia global de disuasión y defensa de la OTAN. Según la Armada, su mera presencia en una zona, demostrando sus capacidades e interactuando con unidades de socios y aliados, constituye un factor determinante de estabilización y disuasión ante potenciales adversarios. En esa línea, y en este despliegue, se han efectuado adiestramientos y ejercicios conjuntos con las fuerzas de 21 países y con cuatro grupos de portaaviones aliados.
‘Dédalo 23’ ha constituido el despliegue de mayor duración, desde el 16 de enero al 28 de marzo de 2023, llevado a cabo por un Grupo Anfibio Expedicionario de la Armada. Este grupo, con una composición variable, ha estado formado por el portaaviones ‘Juan Carlos I’, los buques de asalto anfibio ‘Galicia’ y ‘Castilla’, el buque de aprovisionamiento ‘Cantabria’, las fragatas ‘Victoria’ y ‘Blas de Lezo’, el submarino ‘Tramontana’, el segundo Batallón Desembarco de Infantería de Marina con 53 Vehículos, dos helicópteros SH60F, seis aviones Harrier y ocho embarcaciones de desembarco Lcm1e.
El número total de personal desplegado ha oscilado entre 1.174 y 1.909 personas, de las que 516 son Infantes de Marina.
La Armada ha explicado que esta ha sido la primera vez que un Grupo de Combate español ha realizado una Transferencia de Autoridad (TOA) a la OTAN, durante los días 17 y 18 de enero y del 20 al 27 de febrero, para participar en las actividades de vigilancia reforzada de la OTAN ‘Neptune Strike 23.1’.
Los aviones Harrier de la novena Escuadrilla han volado 100 horas sobre los cielos de Hungría, Eslovaquia, Rumanía, Grecia, Italia, Macedonia del Norte y Albania, en misiones coordinadas entre tres portaaviones, además del ‘Juan Carlos I’, el ‘Cavour’ de la Armada italiana y el ‘GHW Bush’ de la US Navy, y hasta 1.900 millas, demostrando nuestras capacidades de proyección del poder naval.
Además, se han realizado misiones operativas en todo el Mediterráneo, en coordinación permanente con el mando aéreo aliado, Aircom, a través del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas, CAOC, de Torrejón.
El componente anfibio del despliegue ha tenido una importante presencia en cuanto a operaciones de esa índole y se han realizado 15 actividades avanzadas en Francia (Córcega y Toulon), Italia (Puglia), Turquía (Hatay, Iskenderun) y Albania. Además, al encontrarse desplegado en el Mediterráneo pudo tener presencia y llevar a cabo la operación de asistencia a Turquía, poniendo a disposición de la población afectada todas sus capacidades, dentro de las primeras 48 horas del terremoto sufrido el 6 de febrero.
En ese sentido, se realizaron múltiples tareas de asistencia humanitaria para contribuir a paliar el dolor de los damnificados por el terremoto poniendo, nuevamente, de manifiesto la capacidad de reacción eficaz de la Armada ante este tipo de situaciones catastróficas.
En el entorno internacional, la Armada sigue siendo una de las pocas capaz de llevar a cabo este tipo de misiones anfibias y aeronavales. El resultado de este despliegue es “el aval” para, a medio plazo, llevar a cabo un nuevo despliegue entre los meses de septiembre a noviembre de 2023, cuyo escenario incluiría aguas del Atlántico y el Mediterráneo.
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