PAMPLONA, 27 (EUROPA PRESS)
La presidenta de Navarra, María Chivite, ha presidido este lunes el acto de entrega de las Cruces de Carlos III que, en su edición de 2023, ha reconocido a siete personas, a las que ha mostrado su agradecimiento “por marcarnos el camino que debemos seguir a quienes ambicionamos un futuro mejor”.
En un acto celebrado en el Salón del Trono del Palacio de Navarra, han recogido su correspondiente medalla el médico psiquiatra Vicente Madoz; el editor de divulgación científica y director de la Fundación María Aranzadi, Oihan Iturbide; el autor y director teatral Alfredo Sanzol; el pintor, escultor y grabador Antonio Eslava; el levantador de piedra Iñaki Perurena; la matrona Patxuka de Miguel; y la periodista Judith Torrea.
Con este galardón, el Gobierno de Navarra reconoce la “destacada contribución al desarrollo, la proyección y el prestigio de la Comunidad foral, desde el ámbito de sus respectivas actividades”.
María Chivite se ha dirigido a los premiados afirmando que son “un espejo de lo mejor que podemos encontrar entre nuestra ciudadanía” y les ha animado a exhibir el premio “con orgullo”, al tratarse de un reconocimiento merecido y que acredita el esfuerzo realizado.
La presidenta ha recalcado también la responsabilidad que conlleva recibir el galardón, ya que con ello se constituyen en “referentes para las nuevas generaciones, que todavía están por labrar su futuro como ciudadanos y ciudadanas activas en nuestra sociedad”.
A continuación, María Chivite ha ido desgranando los logros de los premiados. Así, por ejemplo, de Vicente Madoz, ha agradecido su trayectoria de 40 años “dedicada a que seamos un poco más felices por la vía de conocernos mejor unos a otros y, sobre todo, a nosotros mismos”.
“No hay mayor generosidad que la de quien ofrece su propia experiencia como ejemplo”, ha dicho de Ohian Itúrbide y su lucha contra el estigma de las adicciones. “Oihan muestra sus sombras, pero también nos enseña la luz que hay al final de túnel”, ha añadido.
En lo que respecta a Judith Torrea, ha destacado su compromiso periodístico “para que desde las sociedades acomodadas no nos olvidemos de las injusticias y las víctimas que nos rodean”.
Por su parte, ha elogiado las obras de Alfredo Sanzol por su “fiel” reflejo de la realidad. “Se expone a través de unos personajes que rompen prejuicios, que hablan con libertad y que lo hacen con humor”, ha agregado.
La presidenta ha reconocido el talento artístico de Antonio Eslava, pero sobre todo ha querido resaltar su generosidad. “Es un maestro del grabado -ha continuado- que ha puesto especial empeño en trasladar su conocimiento a nuevos artistas, a los que ha donado su taller de estampación”.
De Iñaki Perurena, ha subrayado su carácter polifacético: levantador de piedra, poeta, bertzolari, escultor, actor, dinamizador deportivo, ganadero y empresario. “Y por encima de todo” ha destacado “su enorme amabilidad y simpatía”.
Finalmente, Patxuka de Miguel, experta en paleo-patología, es, para la presidenta, un ejemplo por su “especial empeño” en divulgar cómo era la vida de las mujeres. “Gracias por dar luz a las olvidadas por la historia”, ha concluido.
Durante el acto, han intervenido también los galardonados. Así, Vicente Madoz se ha referido al incremento de los problemas de salud mental tras la pandemia del Covid-19 y ha asegurado que “solo volviendo a potenciar nuestra naturaleza humana vamos a conseguir una sociedad sana, porque los avances tecnológicos son importantes, pero no son capaces de dar sentido a nuestra vida”.
Por su parte, Ohian Itúrbide ha hecho hincapié en la importancia, en el contexto actual, de “neutralizar” la información y ha asegurado que la buena comunicación científica “es la herramienta más poderosa para mejorar a las personas y alcanzar una sociedad más libre”.
Judith Torrea se ha referido a su amor por Navarra, afirmando que “soy la periodista que soy gracias a esta tierra maravillosa”, al tiempo que ha dado a conocer el objetivo que guía su labor: “Devolver la voz a aquellos a quienes se les ha arrebatado”.
También ha dirigido unas palabras Alfredo Sanzol en las que ha aludido a su infancia, sus gustos, su inspiración, su vida en general, para concluir que concibe su trabajo como “un servicio que va de vuelta con todo lo que se me ha regalado”.
Antonio Eslava ha centrado su intervención en el arte, del que ha destacado su “poder curativo, fortalecedor, y su potencial educativo”. Por ello, ha deseado que llegue a todas las personas, “para que disfruten de la felicidad que a mí me ha dado”.
En su intervención, Iñaki Perurena ha manifestado tener la suerte de conocer toda Navarra gracias a la piedra, “mi compañera de viaje”, ha dicho, y ha hablado de los nuevos proyectos artísticos que está desarrollando en su entorno, con el fin de crear un “punto de encuentro” para futuras generaciones.
Finalmente, Patxuka de Miguel ha recordado los momentos más importantes de su carrera y su deseo de visibilizar la contribución de las generaciones anteriores, especialmente de las mujeres. “Gracias a esas personas anónimas estamos hoy aquí. Los restos humanos no nos hablan de muerte, sino de vida”, ha recalcado.
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