“Nos miraba todo el rato y no me gustaba”, explica el niño que guió al portal del presunto asesino de Álex
LOGROÑO, 24 (EUROPA PRESS)
“Un día nos siguió y, para que no supiese donde vivíamos, nos fuimos al garaje”, ha relatado hoy una de las niñas a las que Francisco Javier Almeida “vigilaba” en el parque Entre Ríos. Cuando le han preguntado si quería decir algo más ha aseverado: “Que se haga justicia”.
En la cuarta sesión del juicio, por jurado popular, en el que Almeida se enfrenta a la prisión permanente revisable, acusado del asesinato del niño Álex, y quince años por, presuntamente, agredirle sexualmente, se han exhibido las declaraciones de varios menores así como del vecino que encontró a Almeida con el niño en brazos.
Se trata de cuestiones previas que se desarrollaron con el apoyo de facilitadores y que, hoy, se han conocido por primera vez al mostrarlas al jurado.
La primera declaración en escucharse ha sido la de una niña, de doce años, que ha contado que conocía a Alex de jugar en el parque. En cuanto a Almeida, ha afirmado que lo conocía porque siempre les miraba desde el mismo banco.
“A mi, siempre que lo veía me daba miedo porque me intentó llevar a su casa”, ha relatado. Así, una vez, tras varios días saludándole a pesar de que no se conocían, le preguntó su podía ir “un momento” a su casa para “ayudarle con unos pajaritos”.
Esta niña le contestó que primero se lo preguntaría a su madre, y Almeida se echó atrás y se marchó mientras otra niña “le insultaba”.
La niña ha relatado cómo les seguía y, si al caminar se ponía delante de ellas, Almeida se paraba a mirar el móvil para poder ir por detrás. “Un día nos siguió y, para que no supiese donde vivíamos, nos fuimos al garaje”, ha dicho.
El acusado se presentó a esta niña como “Patxi”. Ella, por su parte, se refería a él como ‘el viejo’ y, cuando esa noche se enteró de la desaparición de Álex, dijo: “Seguro que se lo ha llevado el viejo”.
Esa misma noche lo había visto en el banco “y no hacía nada más que mirar”. Ella se fue a casa a cenar, y Álex se quedó jugando. Cuando la facilitadora le ha preguntado si había “algo mas” que quisiera “decir” ella ha aseverado con voz firme: “Que se haga justicia”.
También ha testificado el menor que guió, esa noche, al portal en el que vivía Almeida. Este niño estaba en casa cenando con su hermano menor y le llamó su madre para decirle que había desaparecido Álex y si él sabía algo.
Este niño pensó en el “señor del banco” y, después, cuando la madre le llamó para preguntarle dónde vivía, en seguida bajó y los guió hasta el número cinco, ya que los adultos habían empezado a buscar en el ocho.
Lo sabía porque llegaron a sacarle una foto, los niños, dado que les vigilaba desde la ventana del descansillo del portal. “Lo sabía porque le sacamos una foto porque nos miraba todo el rato”, ha dicho.
Ha añadido: “Nos miraba todo el rato y no me gustaba. Me daba miedo, me daba mala vibra”. “Le sacamos una foto por si algún día pasaba algo, hicimos bien en sacar esa foto”, había dicho la niña anterior.
Junto a estas testificales, se ha exhibido la del vecino que, ese día, abrió a la policía y, después, mientras subía por las escaleras (mientras la policía iba por el ascensor) se encontró a Almeida, al que ha identificado perfectamente, con el niño en brazos.
Ha contado que se encontró a “este señor con el niño desmayado sujetándolo por las axilas”. Le preguntó “qué haces” y Almeida le contestó que era una niño que “una amiga” le había dejado para que lo cuidara.
El hombre tenía “los ojos muy abiertos y respiración alterada”. El niño, los “ojos cerrados y con ojeras”. “Que se me ha desmayado, me parece que dijo”, ha contado.
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